¿Se puede detener la lava para evitar su avance? Estos son los métodos fallidos utilizados en la historia

Se cumplen dos días desde que la naturaleza siguió su curso en la isla de La Palma, recordando a los canarios que la tierra que los cobija no está dormida, y cada ciertos años bosteza escupiendo lava y ceniza. El volcán situado en el parque natural de Cumbre Vieja, al suroeste de la isla, erupcionó a primera hora de la tarde del pasado domingo, dejando impactantes imágenes de magma volcánico brotando de la ladera.
Avance de lava del volcán de La Palma.
Se cumplen dos días desde que la naturaleza siguió su curso en la isla de La Palma, recordando a los canarios que la tierra que los cobija no está dormida, y cada ciertos años bosteza escupiendo lava y ceniza. El volcán situado en el parque natural de Cumbre Vieja, al suroeste de la isla, erupcionó a primera hora de la tarde del pasado domingo, dejando impactantes imágenes de magma volcánico brotando de la ladera.

Las erupciones volcánicas suponen siempre un gran número de peligros que afectan tanto a la vida de las personas, como a los ecosistemas y a las infraestructuras y edificaciones. Es por ello que, a lo largo de la historia, se ha intentado poner remedio al avance de la lava y tratar de detenerla

En las recientes imágenes que se han visto tras la erupción volcánica de La Palma, se puede observar cómo el avance de la lava iba destruyendo a su paso casas enteras, que se derrumbaban como si fueran mantequilla antes las altas temperaturas de la lava y quedaban reducidas a cenizas. 

Así, muchas personas se han preguntado si no existe una solución para tratar de detener el avance de la lava y, de este modo, evitar desastres materiales, naturales y personales. Sin embargo, la experiencia en otras erupciones muestra que no son del todo efectivas y que es mejor no luchar contra los fenómenos que se producen de forma natural. 

El agua fría para contener la lava

La isla de Haimey, en Islandia, vivió una fuerte erupción en 1973 con el volcán Eldfell como protagonista. Ante la inminente llegada de la lava al pueblo de Vestmannaeyjar y al puerto, los vecinos propusieron lanzar agua marina helada con carros hidratantes para, de este modo, contener el avance. 

Durante casi cinco meses consiguieron con esta fórmula que la lava no llegase al puerto y se detuviera en su avance, ya que el agua helada entraba en contacto con el material erupcionado y se convertía en vapor. 

La ralentización y la desviación de la lava con el agua helada fue uno de los métodos más exitosos que se han llevado a cabo a lo largo de la historia volcánica, según infaman desde BBC

El bombardeo para luchar contra la lava

El volcán Mauna Loa entró en erupción en 1935 amenazando la ciudad de Hilo, en la Isla Grande de Hawái. Las fuerzas armadas llevaron a cabo una operación que consistía en el bombardeo cerca del respiradero del que provenía la lava para detener o desviar un flujo, tal y como indican desde el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés).

Sin embargo, este método fue cuestionado y hay gran debate sobre si se debe o no usar en la práctica esta forma de luchar contra los fenómenos naturales, ya que, tres días después del bombardeo, el respiradero de lava colapsó por procesos naturales y el flujo se estancó.

Excavación del conducto de lava

Este método se utilizó en Catania, Sicilia, en 1669, cuando la lava del Monte Etna amenazó a la población. Así, los habitantes, protegidos con pieles de vaca para evitar el calor, excavaron con herramientas y abrieron el conducto del que salía el flujo de lava para liberar un nuevo camino en otra dirección. 

Esto tuvo un primer resultado exitoso, pero no para el pueblo vecino, Paterno, donde los habitantes se dieron cuenta que el flujo de lava desviado iba en su dirección. Por ello, finalmente se selló el conducto inicialmente excavado y el flujo hacia Catania se reanudó, llegando finalmente a la ciudad y al mar Jónico.

Construcción de una barrera

Construir una barrera es una de las formas que primero se vienen a la mente a la hora de detener un recorrido de lava o tratar de desviarlo hacia otro lugar, algo que también se ha intentado en alguna ocasión.

En el Monte Etna, durante una erupción del año 1983 que estaba a punto de alcanzar tres poblaciones, se usó este método. Así, las barreras de roca y ceniza fueron una de las soluciones que se idearon para desviar la lava.

Con 18 metros de alto y 10 metros de ancho, la primera de las barreras fue sobrepasada por el flujo volcánico, aunque una segunda barrerá sí que consiguió detener la lava. Otros dos muros más consiguieron que la lava cambiara su rumbo y pasara a escasos metros de las casas. De hecho, una de las barreras creció dos metros por el añadido de la lava. 

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