Diana de Vegh, supuesta amante de John F. Kennedy , cuenta su historia con el expresidente: "Fue surrealista"

Imagen de John F. Kennedy.
Imagen de John F. Kennedy.
Wikimedia Commons
Imagen de John F. Kennedy.

Un largo ensayo ha visto la luz este lunes en la revista Air Mail sobre una supuesta infidelidad de John Fitzgerald Kennedy. La autora, Diana de Vegh, ha revelado a todo detalle como fueron sus años de relación sentimental con el expresidente. 

Ya con 83 años, esta mujer de Boston confiesa que gracias al movimiento #MeToo ha sentido que ahora era el momento de contar su historia. Ella tenía 20 años en 1958, cuando conoció al que entonces era Senador de Massachusetts y ya estaba casado con Jackie.

Kennedy tenía 40 años y estaba a punto de comenzar su campaña a la presidencia. Según de Vegh, fue él el que se acercó a ella en una cena política y comenzó la conversión que desembocaría en una aventura de de meses. 

Aunque al principio fue reticente, la mujer no puede ocultar la felicidad que sentía al tener la atención de uno de los hombres más famosos del momento. Achaca a la imprudencia de su edad por dejarse llevar y convertirse en su amante. "Fui catapultada a lo surrealista. Si él no tenía problemas con una doble vida, ¿por qué iba a tenerlos yo?", escribe en el artículo.

Lo que comenzó con pequeñas citas en los eventos de campaña a los que no acudía su mujer, pronto se convirtió en encuentros a escondidas en apartamentos, hoteles... Entre ellos destaca el famoso Hotel Carlyle de Nueva York, conocido por la discreción. 

Un coche acudía a por ella las noche que Kennedy estaba libre y durante meses supuestamente pasaron las noches juntos. "¿De qué hablábamos? No hubo conversaciones profundas sobre nuestros pensamientos y sentimientos más íntimos. Era parloteo y charla y luego algo de sexo y de vuelta a casa. Fue una aventura atrevida fuera de mi mundo", narra en uno de los fragmentos.

La relación, que ahora se da cuenta "no fue romántica", se extendió tanto que de Vegh decidió dejar la universidad, después de que Kennedy le pidiera que se mudase a Washington para estar más cerca de la Casa Blanca

Sin embargo, cuando ya estaba instalada en la capital un pequeño detalle destruyó la relación. El ya presidente descubrió que un economista reconocido al que había consultado recientemente era el padre de Diana. "No tengo un apellido muy común, aún así le llevó seis meses darse cuenta que los apellidos eran el mismo", relata. 

Kennedy vio un problema en que la joven estuviera conectada a su mundo político y decidió lentamente separarse de ella y romper finalmente la aventura. "Cuando lo perdí a él, también me perdí a mí", ha recordado. 

La ruptura en una joven mujer que no había estado involucrada emocionalmente nunca antes con un hombre cambió por completo a Diana de Vegh. Por eso, asegura que ha tardado "tanto en recuperarse como en contar la historia". 

"¿Por qué ahora?", se pregunta ella misma. "El #MeToo me ha proporcionado un contexto específico para la reevaluación necesaria. Pero también escribo porque soy vieja. Lo suficientemente mayor como para poder mirar con franqueza y compasión y entender por qué me enganché tan fácilmente", concluye en una reflexión sobre el amor joven. 

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