El juez ha dejado en libertad con cargos al monje del monasterio de Poblet, en Tarragona, acusado de un delito contra la libertad sexual por presuntos tocamientos a una niña de cinco años. La denuncia fue presentada por un turista alemán que fotografió cómo el religioso tocaba a la niña el pasado 15 de agosto. Fuentes de los Mossos d'Esquadra han confirmado que el monje, de 68 años, ha prestado declaración ante el juez después de haber sido arrestado este miércoles cuando fue citado a declarar en la comisaría de Valls.

Fuentes del monasterio cisterciense han explicado a Efe que el suceso ocurrió a la salida de la misa conventual, cuando un monje conversaba con la familia de la pequeña y el acusado jugaba con ella en una zona con público. En un momento dado, la niña se levantó la falda y, al parecer, el monje la habría tocado, momento que un turista alemán captó con su cámara.

Al ver la foto y consultarlo con juristas de su país, le aconsejaron que llevara la imagen a la Policía y por eso presentó la denuncia ante los Mossos. Los agentes han hablado con la familia y tienen pendiente interrogar también al monje que estaba en el lugar cuando ocurrió la escena.

Según fuentes del monasterio, la familia, muy asidua a sus actos religiosos, no considera que la acción pueda ser considerada delito, aunque el abad ha decidido mantener la suspensión cautelar del monje mientras dure la investigación canónica y la judicial.

El presidente del patronato de Poblet, Tòfol Trepat, ha asegurado que "no es creíble un abuso de un menor a las 12.30 de la mañana delante de la Iglesia abacial, ante los padres, que, además, son amigos de Poblet". "Soy el primero en criticar la pederastia, pero lo que ha pasado con este caso es una caza de brujas. Creo saber que todo está aclarado, pero el mal ya está hecho", ha declarado.

El abad de Poblet, Octavi Vilà, decidió no obstante apartar al arrestado cautelarmente de toda su actividad, abrir una investigación canónica y comunicar los hechos a la Congregación de la Doctrina de la Fe del Vaticano. Además mantiene de momento la prohibición de que ejerza sus derechos capitulares, haga cualquier actividad pastoral o abandone la clausura. El abad ha expresado la "plena colaboración" con las autoridades policiales y judiciales para aclarar los hechos y depurar las responsabilidades que se pudieran derivar, aunque ha pedido respetar a la presunción de inocencia.

Se trata del primer caso de abusos que afecta a la comunidad cisterciense de este emblemático monasterio real, uno de los más grandes de Europa, y ha causado una profunda consternación entre los integrantes de la orden, que han sido informados por el propio abad, quien no ha revelado la identidad del acusado.