"Evacuaremos mientras sea posible". Esta frase de la ministra de Defensa, Margarita Robles, deja claras cuáles son las intenciones de España en un momento en el que la crisis en Afganistán sigue siendo complicada con los talibanes dando un ultimátum para la salida definitiva de las fuerzas extranjeras el 31 de agosto. 

En España continúan las labores de repatriación; ya está en Madrid el octavo avión, que trajo a 260 colaboradores afganos, entre ellos 55 menores, 14 de ellos bebés, 16 ancianos e incluso dos mujeres embarazadas, a la base de Torrejón de Ardoz, la cual ejerce como centro de mando de la Unión Europea. 

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Además, Estados Unidos podrá trasladar a las bases aéreas de Morón y Rota a hasta 4.000 civiles y colaboradores afganos en virtud del acuerdo alcanzado entre Joe Biden y Pedro Sánchez el fin de semana. Quienes lleguen a las bases podrán permanecer alojados hasta un máximo de 14 días y después serán trasladados a Estados Unidos u a otros países con los que Washington está llegando a acuerdos para su acogida temporal. El mismo pacto que con España lo ha alcanzado el Ejecutivo estadounidense con otros países como Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Bahréin, Italia y Alemania.

Mientras, en plena inestabilidad, los países negocian con los talibanes que la evacuación pueda alargarse más allá del 31 de agosto, que es la fecha límite establecida para la retirada. Estados Unidos, Alemania y Turquía están en conversaciones con el nuevo Gobierno -que todavía no se ha formado oficialmente- y el ministro de Exteriores germano avisó de que esa ampliación solo podrá darse "si se garantiza la seguridad", algo que no es sencillo puesto que los talibanes ya han amenazado con represalias si en septiembre las potencias internacionales siguen en territorio afgano.

En ese sentido, la Casa Blanca no altera el calendario. El portavoz del Pentágono, John Kirby, recalcó que que Washington "intentará" cumplir el plazo del día 31. "No hay planes por el momento de solicitar o autorizar fuerzas adicionales para la misión", explicó ante los medios, durante una comparecencia en la que también descartó una posible reapertura de la base aérea de Bagram, que fue el eje principal de las operaciones durante los últimos 20 años. La salida de Bagram representó, de hecho, uno de los pasos más importante en favor de los talibanes y en contra de las fuerzas occidentales.

Estados Unidos trasladará a las bases de Morón y Rota a hasta 4.000 colaboradores afganos

En ese contexto, este martes llegarán a la capital de España unas 390 personas más en otros tres aviones procedentes de Kabul. Robles ha insistido en que el objetivo de Moncloa es sacar del país al mayor número de gente mientras la situación lo permita, pero alertó de que un escenario seguro no depende del Ejecutivo y que el riesgo de atentado "existe".

Dada la delicada situación en la que sigue el país, el Gobierno español aprobó el envío a Afganistán de un equipo de operaciones especiales para "reforzar" a los 110 militares ya desplegados dentro del operativo que trabaja en la evacuación, que sigue liderado por el embajador, Gabriel Ferrán, y su número dos en la delegación afgana.