El dolor físico, "factor clave" de la recaída en el consumo de alcohol tras un período de abstinencia, según un estudio

Una investigación del Departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica y Parasitología de la Universitat de València (UV) ha demostrado en un experimento preclínico con ratas que el dolor físico induce a la recaída del consumo de alcohol.

El estudio, publicado en la revista 'PAIN', también ha evidenciado cambios en un área del cerebro relacionada con la motivación por ingesta de drogas, y en un segundo experimento han comprobado que el receptor opioide tipo kappa (una proteína) es clave para reproducir la recaída en estos animales.

Varios estudios han recalcado que sufrir dolor físico puede desencadenar recaídas en el consumo de alcohol y que puede ser un motivo clave para iniciar una ingesta compulsiva que lleve a la adicción. En esta misma línea, el grupo de investigación de la UV dirigido por Lucía Hipólito ha evidenciado en un estudio que el dolor induce a la recaída cuando este se desarrolla durante la abstinencia de alcohol en ratas hembra.

"Hemos descubierto una de las bases neurobiológicas que puede explicar la relación que hay entre la recaída del consumo de alcohol y el dolor físico, gracias a unas alteraciones que se producen en los receptores opioide kappa en el nucleus accumbens, un área cerebral íntimamente relacionada con la motivación por la ingesta de drogas", explica la investigadora.

El estudio también ha concluido que este aumento del consumo de alcohol está relacionado con la ansiedad o la depresión. Este estado afectivo negativo inducido por la abstinencia forzada de bebidas alcohólicas hace que, combinado con el dolor, se potencie y persista después de reintroducir la adicción en las ratas hembra.

De esta forma, el equipo investigador ha demostrado que el agravamiento a causa del dolor de la ansiedad es un factor clave del incremento de alcohol después de un periodo de abstinencia. Como indica Hipólito, "se puede decir que el dolor agranda los efectos de la no ingesta de alcohol o acelera los que pueden llevar a la recaída".

En una segunda línea de investigación, los autores y las autoras -entre los que destacan Jesús Lorente, Javier Cuitavi y Yolanda Campos, también del mismo grupo de investigación- no solo han estudiado estas alteraciones, sino que han comprobado que cuando bloqueaban el receptor opioide kappa con un fármaco, llamado Norbinaltrophimine, la recaída no se produce.

EFECTOS ADVERSOS

Así, la autora sentencia que han estudiado la funcionalidad del medicamento para estos casos, pero podría tener aplicación en otras patologías. "El problema es que están dando algunos efectos adversos en las primeras fases de investigación clínica y que son difíciles de manejar. Nuestro grupo de investigación ahora está centrado en cómo podríamos mejorar la forma farmacéutica, es decir, cómo hacemos para administrarlo para evitar sus efectos secundarios", recalca.

Por otro lado, Hipólito también señala el interés de las diferencias en función del sexo de las ratas, ya que los resultados solo se han producido en las hembras. En estudios clínicos observacionales, aunque sí hay mujeres, su presencia suele ser menor que la de los hombres, de modo que muchas veces la muestra representativa no es válida.

"Creemos que es posible que haya cierto sesgo a la hora de estudiar los eventos que pueden dar lugar a la recaída en personas, porque hay estudios que demuestran que los hombres suelen entrar más en programas de tratamiento que las mujeres. Por suerte ahora se están publicando datos interesantes sobre esto en cuanto al género, pero aún es pronto para que la muestra sea equitativa", argumenta la investigadora.

Este proyecto está financiado por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad y por el Ministerio de Ciencia e Innovación.

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