Afganistán, 20 años y una guerra eterna después: cómo los talibanes aprovechan el repliegue de Estados Unidos

  • La conclusión de muchos expertos lo que hacen EEUU y la OTAN es "abandonar a Afganistán a su suerte".
  • El Gobierno afgano quiere una tregua y que avancen las conversaciones de paz, pero los talibanes avanzan.
  • Desde 2001 el país está inmerso en un conflicto en el que han cambiado los contendientes, pero que se ha estancado.
Talibanes en Kabul.
Talibanes en Kabul.
EFE
Talibanes en Kabul.
Los talibán aseguran haberse hecho con el control de uno de los principales pasos fronterizos entre Afganistán y Pakistán. En estas imágenes se ve a los partidarios del grupo armado recorriéndolo sin que por ninguna parte se vea a los guardias de frontera afganos.Algunos como este hombre se quejan de no poder cruzarloHabía llevado un paciente a Karachi y ahora tengo que volver con él pero no puedo pasar, dice este hombre.

Afganistán vuelve al 2001. No es una metáfora, es la realidad viendo lo sucedido en los últimos días en un país que 20 años y una guerra después sigue teniendo los mismos problemas, pero ahora Estados Unidos se repliega y deja todo el terreno posible a los talibanes que, poco a poco, van haciéndose con el control de un territorio que ha vivido masacre tras masacre. Pero, ¿qué ha pasado en las últimas dos décadas y cómo se ha llegado hasta aquí?

Al borde de otro colapso. Así se puede decir que se encuentra Afganistán a la vez que la retirada de tropas parece ya inevitable. Los soldados afganos se encuentran solos ante el avance de los talibanes y, de nuevo, los efectos más extremos de ese cambio de escenario lo sufre la población civil. Es más, la retirada de las tropas estadounidenses, que está previsto que finalice en septiembre, ya está muy avanzada y buena prueba de ello es cómo se ha vaciado la base de Bagram, centro de operaciones durante tantos años. Ahora es casi lo de siempre: desierto. Y esa intemperie implica una sola cosa: peligro.

La guerra al fin y al cabo no ha terminado, aunque por el mensaje enviado por Biden pueda parecer que sí. De hecho, la conclusión de muchos expertos es que lo que hacen EEUU y la OTAN, que también recoge, es "abandonar a Afganistán a su suerte". Vuelta al punto de partida, con el Gobierno afgano haciendo promesas que quizás nunca puedan cumplir: quieren tener el control de territorios que, poco a poco, van cayendo en manos de los talibanes.

Para muestra un botón. Estos días los talibanes se hicieron definitivamente con el control de un nuevo puesto fronterizo en Afganistán, un punto clave para el transporte de mercancías con Pakistán, en el marco de una serie de rápidos avances territoriales que el Gobierno afgano ha prometido recuperar. Mientras, la comunidad internacional aboga por que avancen las conversaciones de paz, pero los bandos en lugar de eso van alejándose cada vez más.

La misión de la ONU en Afganistán (UNAMA) incide en su preocupación por el aumento de las violaciones serias de los derechos humanos entre la población civil. Y por eso cree que la mejor manera de proteger a los ciudadanos es retomando el diálogo. Asímismo, el expresidente afgano Hamid Karzai afirmó que las conversaciones intraafganas, que comenzaron el pasado septiembre en Catar, se reiniciarán pronto. Pero todavía no se sabe hasta qué punto pueden ser la solución.

La guerra de Afganistán ha ido mutando con el paso del tiempo. En un primer momento enfrentó a los talibanes y a los insurgentes frente a una coalición internacional comandada por Estados Unidos, por el control del territorio afgano. De hecho, comenzó el 7 de octubre de 2001, menos de un mes después de los atentados del 11-S, con la llamada Operación Libertad Duradera del Ejército estadounidense y la Operación Herrick de las tropas británicas. ¿El objetivo? Ocupar Afganistán. Desde 2015 la partida ha cambiado: los talibanes a un lado, el Gobierno afgano (con un apoyo internacional más débil) en el otro. Ahora la pieza de terceros actores se va cayendo.

Cifras alarmantes, conflicto estancado y abandono

Y la guerra deja cifras. Según los datos recopilados por Amnistía Internacional, hubo 150.000 muertos en Afganistán y Pakistán desde 2001 a 2014 (civiles y militares afganos) y en ese mismo periodo se sumaron otros 162.000 heridos. Además, hubo en torno a 1,2 millones de desplazados. Esos números no paran de crecer desde entonces, en la que se considera la segunda parte del conflicto. 

En ese contexto, los talibanes planean una propuesta de un alto el fuego de tres meses a cambio de la liberación de sus 7.000 prisioneros y la eliminación de los nombres de sus líderes de las listas negras de la ONU. Eso sí, la propuesta, de momento, no es formal. Además, el Gobierno acusa a los talibanes de dejar "sin servicios básicos" a un total de 13 millones de ciudadanos.

No obstante, los afganos tienen una experiencia "complicada" con la liberación de talibanes encarcelados, tras la excarcelación de los 5.000 combatientes presos que salieron en libertad el año pasado, y que fue condición para iniciar las conversaciones de paz que tienen lugar ahora y que tienen que retomarse, pero mientras Estados Unidos y la OTAN recogen sus enseres. Y la guerra, aunque con otra cara, sigue. 

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