Se va a cumplir un año desde que los líderes de la UE pactaron en una cumbre maratoniana en Bruselas el fondo de recuperación de 750.000 millones de euros, y el dinero ya va a empezar a fluir. El plan español es uno de los primeros que aprobó tanto la Comisión Europea como los 27 -reunidos los ministros de Finanzas en el Ecofin-, pero lejos de lo que pueda parecer el camino acaba de comenzar, y hay una serie de claves que el Gobierno de Pedro Sánchez todavía tiene que resolver. Los plazos, las entregas y el control de la Comisión son las casillas a rellenar ahora.

"Buenas noticias, luz verde de los ministros a los primeros doce planes de recuperación nacionales. La financiación de la UE pronto podrá empezar a fluir para financiar las reformas e inversiones, ahora toca ponerlos en marcha de manera rápida y adecuada", escribió el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, al anunciar la adopción a través de su perfil en Twitter.

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¿Cuánto es y cuándo llegan las primeras ayudas?

España tiene a su disposición 140.000 millones de euros, siendo el mayor beneficiario del fondo junto a Italia, pero de momento la primera entrega es una especie de adelanto de 9.000 millones, que llegarán antes de que acabe el verano. "En el mes de julio", se atrevió a especificar el presidente del Gobierno. En todo caso, atendiendo a los trámites que quedan pendientes, estarán disponibles como muy tarde en el mes de septiembre.

En este caso se trata de una cantidad casi sin condiciones, más allá de haber recibido el visto bueno al plan, y corresponden en torno a un 13% de la cuantía total para España. "Es un primer paso, pero es solo el primer paso", avisan fuentes de la Comisión Europea a 20minutos. Esos 9.000 servirán para que el Ejecutivo se acerque a cumplir su objetivo de disponer de 27.000 millones de los fondos europeos para los Presupuestos de 2021. España, de momento, solo accederá a los 69.500 millones en transferencias a fondo perdido, de aquí a 2026. Los créditos tendrán que esperar.

¿Y las siguientes entregas?

A lo largo de 2021 está previsto que España reciba un total de 19.000 millones de euros, pero los 10.000 que restan -si contamos los 9.000 de la primera entrega- ya contará bajo la estricta supervisión de la Comisión Europea y de los Estados miembros. España tendrá que ir cumpliendo con los hitos que ha pactado con Bruselas y en base a eso recibirá las ayudas. El proceso es el siguiente: primero la reforma y después el dinero. Pero nunca al revés. Salvo giro inesperado, las entregas se darán cada seis meses una vez que Bruselas haya analizado los avances con las reformas y las inversiones. 

Henar de Pedro

Carolina Serrano, de Atrevia Bruselas, explica que al final "el seguimiento será mucho más continuo, más allá de los plazos oficiales". Asimismo, avisa de que es posible que esos 9.000 millones "no lleguen de golpe" y sí en pequeñas subentregas, por así decir. Lo que sí reconoce Serrano es que la emisión de bonos "está teniendo buena acogida entre los inversores".

Si todo va bien, en primavera de 2022 llegará uno de los desembolsos clave, de otros 12.000 millones, pero en ese momento el plan ya tiene que ir marchando como debe. El Gobierno fija la mirada en 2023, por dos motivos: España preside el Consejo y hay elecciones generales.

¿Qué tiene que aclarar el Gobierno?

Aunque el plan español ha cumplido con las pautas marcadas por Bruselas, el Gobierno todavía tiene puntos que aclarar sobre todo en lo que se refiere a la reforma laboral, la reforma fiscal y la reforma de pensiones, tres asuntos que son principales para Moncloa. Bruselas da por hecho que son asuntos que el Gobierno debe negociar todavía con los agentes sociales (está en ello) y ve con buenos ojos que así sea, pero al fin y al cabo son los pilares fundamentales para la recuperación. "Es algo que la Comisión va a tener muy en cuenta, y seguro que si dentro de seis meses no ve avances en este sentido dará un toque a España", sostiene Serrano.

La reforma laboral, de hecho, es uno de los reclamos que viene haciendo la Comisión Europea en el Semestre para España desde antes de la pandemia. Ahora la urgencia es todavía mayor: estamos a la cabeza en temporalidad, en paro y en paro juvenil. En este sentido, en el Gobierno sigue habiendo dos almas: Nadia Calviño y Yolanda Díaz. Pero el ascenso de la primera hace que Sánchez dibuje el camino a seguir. "Tiene un acceso a Bruselas que muy pocos tenemos", aseguró sobre Calviño el presidente del Ejecutivo.

¿Qué dice la Comisión?

En Bruselas siempre se ha visto con buenos ojos el plan español y salvo algunas cuestiones técnicas apenas ha sufrido cambios respecto a la base que presentó el Gobierno y que hace algunas semanas firmó la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, hace algunas semanas en Madrid. "En todo momento se ha valorado muy bien el trabajo de España", comentan las fuentes consultadas. En todo caso, sí que hay cierta expectativa por las cuestiones en las que todavía hace falta profundizar. De todos modos, la Comisión confía en que el Gobierno cumpla con los plazos y de hecho el plan español (igual que la mayoría) ha recibido la máxima nota en 10 de los 11 puntos que estudia la Comisión para aprobar los documentos.

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¿Cuál es la opinión del resto de socios?

Ese es otro de los elementos fundamentales del proceso: los socios tienen poder de bloqueo. Un Estado miembro puede congelar la entrega de fondos a otro si considera que no cumple con las reformas, y el asunto tendría que elevarse a una cumbre del Consejo para buscar una solución. Llegar a ese extremo puede parecer una quimera, pero de momento el Gobierno de Países Bajos ya ha avisado de que espera que España "cumpla con las reformas" y que ellos estarán "atentos". 

La división entre el norte (países más austeros) y el sur (que cargaron con todo el peso de la anterior crisis) sigue vigente. De todos modos, expresa Serrano, el caso por ejemplo de Países Bajos "va más de ejercer presión" porque al final quien decide en último término "es la Comisión Europea", tal como se recoge en el reglamento de los fondos.

¿Qué puede pasar a medio y largo plazo?

El plan, de todos modos, es a largo plazo y de una forma u otra puede llegar a hipotecar a futuros gobiernos, si es que hubiera un nuevo Ejecutivo por ejemplo a partir de 2023, cuando se celebran elecciones generales. Fuentes de la Comisión Europea señalaron en su momento a este periódico que "es posible" modificar elementos del plan "en un momento posterior" siempre y cuando se cuente con "el visto bueno del Consejo" por "mayoría cualificada". 

Es decir, sería necesario que el 55% de los Estados miembros vota a favor, lo que en la práctica significa 15 de los 27 Estados miembros, o que los países que voten a favor representan al menos el 65% de la población total de la UE. Estas mismas fuentes comunitarias subrayan que lo deseable es que no haya cambios: "Esperamos que los planes sean sólidos y válidos a lo largo del tiempo", aseveran.