El recinto del Parc del Fòrum de Barcelona ha vuelto a abrir para acoger un festival de música tras dos años vacío por la pandemia de la Covid-19: el Cruïlla, que comenzó el jueves y, hasta el sábado, celebra su edición más compleja, siendo el primer festival de Europa desde el inicio de la pandemia que prevé reunir hasta 25.000 personas en un día con libertad de movimiento.

El macrofestival Cruïlla Barcelona comienza este jueves con el reto de cribar a 75.000 asistentes en tres días

Para poder permitir esta libertad de movimientos entre los cuatro escenarios, el Cruïlla ha habilitado en el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB), al lado del Parc del Fòrum, una área con 200 boxes, en los que realizan los test de antígenos 100 enfermeros y 200 ayudantes de enfermería.

Durante este jueves, en la primera jornada del Cruïlla, se han detectado 126 positivos, que no han accedido al recinto del festival, entre los más de 15.000 asistentes -cifra que se encuentra por debajo de los 18.000 esperados inicialmente-. Los test se realizaron desde las 14 hasta las 22 horas "con normalidad" y sin colas ni aglomeraciones para acceder al recinto, según la organización. 

A primera hora de la tarde, los primeros asistentes al festival se sometieron sin aglomeraciones a los test de antígenos preceptivos para poder entrar en la zona de conciertos. Al llegar, se encontraron en las inmediaciones del Fòrum un buen número de trabajadores que les indicaron el camino y les pidieron que se pusieran la mascarilla.

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Las puertas de la zona de cribado se abrieron a las 16.00 horas y las pruebas se realizaron sin complicaciones. El público tuvo que enseñar su entrada y su DNI en dos ocasiones, pasó un control de temperatura y se sometió al test de antígenos, cuyo resultado quedó vinculado a su entrada quince minutos después. El recinto permaneció abierto hasta las 22.00 horas con capacidad para llevar a cabo 4.200 pruebas de antígenos a la hora.

Mascarilla y sin distancias

El público asistió a los conciertos sin distancia de seguridad y cumpliendo mayoritariamente con la obligación de llevar mascarilla. De hecho, ante los escenarios, se ha organizado una gran zona perimetrada, donde no se puede ni beber ni comer para no tener que quitarse en ningún momento la mascarilla.

Entre el público de la primera jornada del festival, mucho entusiasmo y, a la vez, resignación con la necesidad de los test de antígenos previos y el uso de mascarilla también dentro del recinto. "Me da mucha más tranquilidad que una discoteca, donde sólo hay que llevar la mascarilla y luego todo el mundo se la quita; aquí al menos tenemos el test", confesaba Julia Barceló a las puertas del festival. Ella y su amiga Aina Carceller se estrenaban por primera vez en el mundo de los festivales, atraídas este jueves por el rap de Lágrimas de Sangre. Sobre el proceso de cribado, ambas coincidieron en que fue muy fluido y rápido.

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"Estamos a tope, todo lo que sea recuperar la normalidad y el ocio nocturno, nos apuntamos", exclamaba con vehemencia Anna Rovira. "Sí, sí, pero con seguridad", matizaba a su lado la amiga Anna Felipe.

La otra cara de la moneda fue Edi Roca, sorprendido con el hecho de que sea necesario llevar mascarilla dentro del recinto. "Tenía entendido que el Cruïlla sería el primer festival sin distancia y que gracias a los test no habría que llevar mascarilla, y ahora me acaban de informar de que sí. Distancia, test de antígenos, mascarilla, ¿qué más hay que hacer?", se lamentaba sobre esta obligatoriedad, ampliamente difundida por el festival desde hace meses.

Sr.Wilson y Rayden abren una noche de rap

Pasadas las cinco de la tarde, en el escenario principal y aún con poca afluencia de público, Sr. Wilson dio el pistoletazo de salida del Cruïlla 2021, tras la cancelación de Senyor Oca al dar positivo en coronavirus. 

Una hora más tarde Rayden encendían el escenario Cruïlla Enamora con sus versos y su apuesta a caballo lírica con instrumentos, entre el rap y el pop. Esta ha sido una primera jornada del festival bastante consagrada al hip-hop. Y es que después de este arranque, vinieron las actuaciones de los catalanes Lágrimas de Sangre, Natos y Waor, y cerró la noche uno de los grandes referentes de la escena del rap estatal de los últimos 20 años, Kase.O, con su proyecto en solitario tras su larga trayectoria con Violadores del Verso.

Errores de los festivales previos

Los dos festivales más pequeños que ensayaron este sistema antes que el Cruïlla, Canet Rock y Vida, tuvieron problemas con el personal contratado y la aplicación informática utilizada y el público tuvo que soportar colas de más de tres horas.

El Festival Vida detectó 51 positivos entre las 27.200 personas asistentes a su séptima edición

Además, el incremento de contagios entre los jóvenes ha puesto en el punto de mira al Cruïlla, al que el conseller de Salud de la Generalitat, Josep Maria Argimon, pidió ayer que fuera especialmente estricto en el cumplimiento de las medidas de control de la covid.

Argimon advirtió de que "no se pueden repetir" las imágenes que se han visto, tanto en el Vida como en el Canet Rock, de personas sin mascarilla en conciertos muy concurridos. En este sentido, el Cruïlla parece haber aprendido de los errores de los festivales precedentes y la compleja logística ha funcionado bien durante las primeras horas.

El público deberá someterse al test tres veces si acude a las tres jornadas del Cruïlla, "una continuidad que permitirá a los investigadores avanzar en sus estudios y determinar, por ejemplo, cuánto tiempo puede ser válido un test de antígenos", según Jordi Herreruela, director de este festival, que está tutelado por la Fundación de Lucha Contra el Sida y las Enfermedades Infecciosas.

En total, el festival ha contratado a 500 personas para hacer el cribado y conseguir que se cumplan todas las normas, incluido que los asistentes lleven puesta la mascarilla en todo momento y en todas partes, menos en la zona de restauración.

Pere Francesch / ACN