Esta muestra, coordinada por la Concejalía de Patrimonio, cuenta con un total de siete piezas distribuidas desde el Pont del Real hasta el Pont del Mar.

Méjica es un autor polígrafo, puesto que sus campos de conocimiento alcanzan áreas como la historia, el urbanismo, el derecho y, por supuesto, el arte, resalta el consistorio.

Dentro del particular universo creativo de este creador, las obras se mueven entre la figuración, con representaciones de un caballo, un buey, un barco o un árbol, y la abstracción, pero siempre con gran fuerza expresiva. Detrás de estas esculturas hay referencias al mundo mágico asturiano.

Esta exhibición se enmarca dentro de la apuesta del Ayuntamiento por facilitar a los artistas exponer en la ciudad obras de interés para la ciudadanía que enriquecen el espacio público, como ha resaltado la concejala Glòria Tello en la visita.

Juan Méjica ha realizado múltiples exposiciones individuales y colectivas en España y en el extranjero, además de ejecutar murales, esculturas y conjuntos escultóricos de grandes dimensiones para lugares públicos en los que "es habitual ver a la chiquillería haciendo suyas las esculturas y jugando a su alrededor".

A nivel técnico, las esculturas instaladas en la Alameda están construidas con chapa metálica de un centímetro de grosor, tajada, plegada y montada sobre una estructura interior a manera de esqueleto.

El interior de la base está rellenado con hormigón para proporcionarle estabilidad al conjunto, lo que las hace resistentes a los embates del viento o a posibles empujes por vandalismo.