Aunque la decisión estaba tomada desde finales de 2019, cuando se lo hicieron saber a la reina Isabel II, quien dio su consentimiento, no fue hasta mediados de febrero del año pasado que se anunció que Peter Phillips, nieto mayor de la monarca, y su esposa los últimos 13 años, la canadiense Autumn Kelly, se divorciaban.

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Sin embargo, aún ha tenido que pasar un año y cuatro meses hasta que finalmente ya se puede constatar que el primogénito de la princesa Ana se ha convertido, a sus 43 años -soplará 44 velas en noviembre-, en el primer miembro de la familia real británica de su generación que da por finalizado un matrimonio de manera oficial.

Ha sido a comienzos de esta semana cuando, a través de un comunicado conjunto, Peter y Autumn han anunciado que los asuntos financieros y sus flecos que todavía quedaban pendientes sobre el divorcio han quedado cerrados satisfactoriamente y que han sido aprobados por el Tribunal Superior de Inglaterra.

Una vez la ya expareja había solventado su relación de manera legal, ha explicado el portavoz, ya no quedaba ningún tema que impidiese el divorcio definitivo, máxime cuando ya se había decidido que seguirán compartiendo la custodia de sus dos hijas, quedándose Autumn a vivir en Gloucestershire, Reino Unido, y no marchándose a su Canadá natal. Las hijas del matrimonio son Savannah Anne, de 10 años (29 de diciembre de 2010), e Isla Elizabeth, nacida en marzo de 2012 (nueve años).

"Peter y Autumn Phillips se complacen de poder informar que los aspectos financieros de su divorcio se han resuelto mediante un acuerdo y cuyos términos han sido aprobados y ordenados hoy por el Tribunal Superior", comenzaba el documento emitido por su portavoz.

"Si bien este es un día triste para Peter y Autumn, ambos continúan priorizando el bienestar y la educación de sus maravillosas hijas, Savannah e Isla. Tanto Peter como Autumn están contentos de haber resuelto los asuntos de una manera amistosa, sobre todo por las niñas, que están firmemente al frente de esos pensamientos y decisiones", continúa el comunicado, que pide "privacidad y consideración" para las niñas mientras la familia "se adapta a un nuevo capítulo en sus vidas".