La segregación urbana por nivel de renta es cada vez más acentuada en el área metropolitana de Barcelona y las ciudades medianas son cada vez más pobres, según un estudio del Institut de Govern i Polítiques Públiques (IGOP) de la Universitat Autònoma de Barcelona. 

En los últimos años la población con rentas altas han abandonado las ciudades para instalarse en pueblos y, por contra, ciudades como Mataró, Sabadell, Terrassa o Granollers han recibido población con rentas bajas y con un alto índice de inmigración. "Tienen cada vez más problemas sociales a gestionar y menos recursos para afrontarlos", explica el director del IGOP, Ismael Blanco. 

Los ayuntamientos reclaman ahora una redistribución de los recursos que, más allá del volumen de población, tenga en cuenta esta realidad social.

El ejemplo de Mataró, del que parte el estudio, marca el patrón de segregación que siguen el grueso de ciudades medianas del arco metropolitano. La capital del Maresme, como Granollers, Sabadell, Terrassa, Vilafranca o Vilanova, tienen menos autonomía y capacidad fiscal y unos ingresos significativamente más bajos que los municipios de su entorno más próximo.

Las rentas altas se concentran en municipios como Argentona, respecto a Mataró; Matadepera, respecto a Terrassa; Castellar del Vallès, respecte a Sabadell, o La Garriga, respecto a Granollers. Desde el IGOP afirman que ante la constatación de esta realidad hace falta un nuevo sistema de redistribución de recursos supramunicipales a escala metropolitana.

El director del estudio y del Institut de Govern i Polítiques Públiques de la UAB, Ismael Blanco, afirma que en la distribución de recursos "no se han de tener en cuenta solo criterios como el volumen de población, sino también las características sociales de esta" porque las ciudades con más problemas sociales puedan ser "compensadas" económicamente.

"Hay desigualdades dentro de la Región Metropolitana y esto afecta a la capacidad de los Ayuntamientos. Los que tienen menos recursos son los que han de hacer frente a problemas sociales más intensos", afirma Blanco. Los alcaldes de las principales ciudades del arco metropolitano se han unido ahora en esta reclamación para hacer frente común ante la Diputación, la Generalitat y el Estado.

"El reto común es poner esta realidad sobre la mesa para que la distribución de recursos acompañe la realidad de estas ciudades y puedan tener la estructura de ingresos necesaria para proveer de servicios a los vecinos de nuestras ciudades y al territorio del que son referencia", ha explicado el alcalde de Mataró, David Bote.

El caso de Mataró

La renta media de los hogares de Mataró es un 15% inferior al conjunto de la comarca del Maresme y de la Región Metropolitana de Barcelona. Además, la capital del Maresme concentra un 10% de la población con ingresos inferiores a los 5.000 euros anuales, una cifra muy por encima de la media, que es del 7,6%.

La capital del Maresme concentra un 10% de la población con ingresos inferiores a los 5.000 euros anuales, una cifra muy por encima de la media, que es del 7,6%

En cuanto al volumen de población, en los últimos 20 años Mataró ha crecido un 20%, 20.504 nuevos habitantes entre 2001 y 2019. De estos, un 51,3% son de fuera de la OCDE y en gran parte se concentran siempre en los mismos barrios de la periferia de la ciudad, como Cerdanyola, Rocafonda y Palau-Escorxador.

Según el alcalde, la "complejidad social" ligada a la "desigualdad" hace que la necesidad de recursos públicos sea aún más fuerte. "Es lo que reivindicamos, contar con recursos para combatir la desigualdad", afirma. En este sentido, la realidad social de Mataró contrasta con los ingresos con los que cuenta el Ayuntamiento para hacer frente a estos desequilibrios sociales.

Respecto al conjunto del Maresme, Mataró es la ciudad con menos ingresos per cápita y la autonomía financiera es de solo el 53,5%, en relación con el 70,3% del resto de la comarca.