Manuel Paraíso tiene 48 años y ayer cumplió su quinto día encadenado y en huelga de hambre. Quiere que el constructor del edificio que ahora le sirve «de celda» le pague los 17.000 euros que le debe por los trabajos de limpieza, pulido y abrillantado que su pequeña empresa ha llevado a cabo en las últimas semanas.

"La empresa la hemos creado tres socios este año y ahora vivimos de ella seis familias. Si esto sigue así, no nos quedará más remedio que cerrarla", asegura.

Denuncia que la empresa Pevisa, propiedad de José Villarán, debe dinero a muchas otras personas que han trabajado en este inmueble de la calle Florencio Quintero, en la Macarena. "Al electricista no le paga 41.700 euros; al de la carpintería de madera le debe 60.000; al fontanero, 74.000... Y así hasta 13 pequeñas empresas que suman una deuda de 500.000 euros", dice.

Explica que el constructor y el promotor se culpan entre ellos: "Uno dice que a él tampoco le han pagado y el otro asegura que sí. Y mientras para nosotros es la ruina. Hemos tenido que pedir un adelanto en otra obra que estamos haciendo para poder pagar las nóminas".

20 minutos intentó ponerse en contacto con el máximo responsable de Pevisa, José Villarán, pero no respondía ni en el móvil ni en el teléfono fijo de la sede social de la empresa, en Bollullos de la Mitación.

Por otro lado, los servicios de emergencias sanitarias se presentaron ayer en el inmueble de la Macarena para controlar el estado de salud de Manuel Paraíso.

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