Es rápido, sencillo y no cuesta un céntimo. Este argumento es el que esgrimen la gran mayoría de las parejas cuando se les pregunta por qué decidieron inscribirse como pareja de hecho en lugar de casarse. Y es que organizar una boda, con lo que significa de acontecimiento social, sale por un ojo de la cara y la crisis obliga a muchas parejas a apretarse el cinturón y formalizar su relación a través del registro de parejas de hecho.

En sólo dos años se ha duplicado el número de solicitudes en el registro del Ayuntamiento de Sevilla, pasando de las 183 de 2005 y 2006 a las 348 que se registraron en los dos últimos años. Además, en los cuatro primeros meses de 2009 ya han sido 35 parejas las que han pasado por este trámite.

El Consistorio sostiene que el incremento se debe, sobre todo, a que desde diciembre de 2007 los matrimonios y las parejas de hecho tienen el mismo derecho a recibir pensión de viudedad. Pero no es el único motivo. También lo son que hay mayor facilidad para acceder a una vivienda de protección oficial o un crédito hipotecario y poder solicitar de manera conjunta vacaciones o permisos laborales...

El tiempo de espera entre la llamada y la cita no suele ser superior a un mes. En ese periodo suele haber dos convocatorias a las que acuden una pareja cada 10 ó 15 minutos. Así que se suele atender a entre 15 y 20 parejas en cada cita.

Los únicos requisitos para poder inscribirse como pareja de hecho es ser mayor de edad (o tener autorización de los padres), estar soltero, divorciado o viudo (hasta 2005 se podía también estando separado) y que los dos miembros de la pareja no sean parientes en segundo grado de consanguinidad (primos hermanos).

Algunos datos curiosos, según el Ayuntamiento, es que "la edad media de la pareja ha bajado porque así les resulta más fácil acceder a los mismos derechos de una pareja casada. Los mayores suelen ser viudos que no quieren perder sus pagas (si se casan deben renunciar a una) y pretenden formalizar su relación. La gran mayoría, parejas heterosexuales".

"Luis y yo decidimos que, cuando tuvimos a nuestra primera hija, había llegado el momento de formalizar nuestra relación. No nos apetecía casarnos y convertir esa situación en un acto público, que incluso nos obligase a llevar a cabo una celebración. Además, la única diferencia que hay entre estar casado y ser una pareja de hecho tiene que ver con la herencia. Llevamos ya tres años y medio. Es un trámite rápido y sencillo".

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