Este Sant Jordi en pandemia, el primero que se celebra en su día tras tenerse que aplazar al verano en 2020 por la pandemia, está dejando esta mañana de viernes 23 de abril una estampa de ilusión en calles y plazas de toda Catalunya. El buen tiempo acompaña una Diada en la que los ciudadanos han tomado el espacio público porque hay "muchas ganas de celebrar por fin alguna cosa" cuando se ha cumplido más de un año de la crisis sanitaria de la Covid.
Barcelona ha descentralizado la fiesta del libro y de la rosa y ha habilitado 11 espacios perimetrados y con restricciones de aforo y medidas de seguridad y distancia por siete distritos.
A pesar de que hay zonas delimitadas de venta de libros y rosas y de firmas de autores en Les Corts, Sant Martí, Horta-Guinardó, Gràcia, Sant Andreu y Ciutat Vella, donde más gente se acumula es en el Eixample. Especialmente en el Passeig de Gràcia a la altura de Gran Via. Allí las colas para acceder al perímetro son de más de media hora. Las personas esperan pacientemente a que les toque el turno para poder entrar a mirar, comprar y firmar libros.
En este tramo del Passeig de Gràcia están presentes las librerías Byron, Edhasa, La Central y Llibres del Delicte. De 12 a 13 horas, en la parada de la librería Byron, ha firmado el cantautor Pau Riba, que presenta el libro Història de l'Univers, de la editorial Males Herbes, y Javier Cercas, que firma ejemplares de Independencia (Tusquets).
20minutos.es ha hablado con el escritor Javier Cercas, que ha valorado este Sant Jordi: "Lo estoy viviendo como siempre, feliz, porque es una fiesta extraordinaria, única, es un pequeño milagro. Lo que pasa es que, tal vez, no somos del todo conscientes de lo que tenemos. No existe una fiesta como esta en el mundo".
"Lo estoy viviendo como siempre, feliz, porque es una fiesta extraordinaria, única, es un pequeño milagro" (Javier Cercas, escritor)
En cuanto a la celebración de una Diada en pandemia, Cercas reconoce que "la limita y la hace muy especial, pero esta es la fiesta de los lectores, que son los verdaderos protagonistas de la literatura. Los escritores ponemos la mitad de los libros, la otra mitad la ponen los lectores".
Diada de "optimismo"
Muy cerca de la parada en la que firman ejemplares Cercas y Riba, se encuentra el puesto de venta de la editorial de novela negra Llibres del Delicte.
Marc Moreno, escritor y editor, atiende a 20minutos.es y comenta que, indudablemente, "todos los editores teníamos muchas ganas de que llegase Sant Jordi, pero los lectores también". Y remarca que todos los actos que se están llevando a cabo en la cultura durante la pandemia se están haciendo "con cabeza y de forma segura" y que este Sant Jordi no está siendo una excepción.
Largas colas para acceder a los espacios perimetrados
Los libreros y los autores se muestran "emocionados" por ver cómo los ciudadanos hacen cola pacientemente para hablar con ellos y por volver a sentir esa conexión directa entre lectores y escritores. Que, a pesar de la pandemia, tengan las ganas y la ilusión de cumplir con la bella tradición de celebrar y regalar libros y rosas. Las sensaciones para algunas de las personas con las que hemos hablado es de "casi un Sant Jordi normal".
Las aglomeraciones se dan más en la espera para entrar al recinto perimetrado que dentro del mismo. Y en los puestos de rosas se acumulan más personas que en los de libros, puesto que este año, debido al coronavirus, se han eliminado los puntos de venta en las esquinas y solo pueden venderlas los comerciantes autorizados.
Este Sant Jordi está siendo la primera fiesta popular que se puede celebrar en la calle de forma comunitaria desde que hizo aparición la pandemia
Dentro de la primera zona perimetrada de Sant Jordi en Passeig de Gràcia, hay aforo, se obliga a usar gel hidroalcohólico al entrar y el flujo de entrada está separado del de salida por vallas, para que las personas no se crucen y se mantengan las distancias.
Los libreros (hay unos 300 establecimientos en Barcelona) no valoran tanto la recaudación (esperan facturar un 60% de un Sant Jordi normal) como la recuperación de la ilusión y que esta sea la primera fiesta popular que se puede celebrar en la calle de forma comunitaria desde que hizo aparición la pandemia.
Hay lectores que valoran que no haya las acumulaciones de personas de otras Diades del libro y la rosa, pero en cambio, hay otros que precisamente se quejan de lo contrario, de la gran cantidad de personas en las zonas perimetradas y sus alrededores a pesar de las medidas de distanciamiento por el Covid.
Barcelona resplandece este viernes, día de fiesta a pesar de ser laborable, uno de los grandes aciertos de Sant Jordi. Había ganas de celebrar la primavera, la Diada, de ocupar los puestos de libros y rosas, las terrazas, las calles, y disfrutar de una fiesta que era necesaria en pandemia y que inyecta optimismo para comenzar a ver la luz al final del túnel de esta pandemia.
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