El hasta ahora lehendakari, Juan José Ibarretxe, ha puesto este martes
diez años y medio como lehendakari, en los que se le recordará por su
plan de nuevo Estatuto que incluía una consulta sobre el futuro de Euskadi.
Fue elegido como lehendakari tras las elecciones de
octubre de 1998, con el apoyo del PNV, EA y Euskal Herritarrok (plataforma electoral de Herri Batasuna). Se convertió en el primer lehendakari que contaba con el
respaldo de la izquierda abertzale. Rompía así con ocho años de gobiernos de coalición entre PNV y PSE, presididos por su antecesor,
Ibarretxe, que comenzó su carrera política como
alcalde de su pueblo, Llodio, y luego pasó por la presidencia de las Juntas alavesas, era el
vicelehendakari de Ardanza, especialista en
asuntos económicos, y fue elegido por el PNV para sucederle.
Llegó a la presidencia durante la
tregua de ETA y tras la firma del
Pacto de Estella (Lizarra), suscrito por los nacionalistas (PNV, EA y EH) e Izquierda Unida. Tras la ruptura de la tregua de ETA y en minoría, superó las
mociones de censura presentadas por PSE y PP en octubre de 2000, presidió la legislatura más corta, de dos años y cinco meses, y ganó las
elecciones anticipadas de mayo de 2001.
Fue su gran
triunfo electoral y el que le dio toda la fuerza dentro del PNV, al superar al popular
Jaime Mayor Oreja. Desde ese año ha gobernado hasta hoy con una coalición formada por PNV-EA y EB. Entonces, sin dejar su faceta de gestor que dirigió el fuente crecimiento económico de Euskadi, pasó a ocuparse más de los planes sobre el futuro político del País Vasco.
Así, tras ser
reelegido en abril de 2005, en la última legislatura centró su actividad en promover un nuevo Estatuto -a través del llamado Plan Ibarretxe- y en la
ley de consulta sobre el futuro del País Vasco, aprobada por la Cámara de Vitoria en junio de 2008, que anuló el Tribunal Constitucional.
En los comicios del 1 de marzo de 2009
repitió victoria para el PNV, con 30 escaños, pero no ha podido sumar
la mayoría absoluta que sí ha conseguido el socialista
Su retirada
puede influir además en el rumbo que tome el PNV, en los próximos años en la oposición, que probablemente se centre más en los
problemas de la crisis que en el derecho a decidir que ha tenido en Ibarretxe a su paladín.
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