Desglosando el Pazo de Meirás: así son los bienes históricos de varios siglos, incluidas 4 pilas bautismales

La Xunta de Galicia ha tardado 20 días en inventariar un total de 697 bienes que guardaba la familia del dictador Francisco Franco en el Pazo de Meirás y que son propiedad del Estado. Entre ellos se encontraban las famosas esculturas del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago o un fondo bibliográfico inmenso de libros, muchos de ellos de la Real Biblioteca. Y entre tanta opulencia, destaca la pobreza de las estancias del servicio. Los técnicos han confirmado que nada merecía ser inventariado.
Los bienes de la familia Franco.
HENAR DE PEDRO
La Xunta de Galicia ha tardado 20 días en inventariar un total de 697 bienes que guardaba la familia del dictador Francisco Franco en el Pazo de Meirás y que son propiedad del Estado. Entre ellos se encontraban las famosas esculturas del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago o un fondo bibliográfico inmenso de libros, muchos de ellos de la Real Biblioteca. Y entre tanta opulencia, destaca la pobreza de las estancias del servicio. Los técnicos han confirmado que nada merecía ser inventariado.

Un juzgado de Coruña ha reabierto el proceso para que la familia Franco pueda retirar los bienes muebles que se encuentran en el interior del Pazo de Meirás, entre los que se cuentan más de 697 bienes históricos. 

De esta forma, en un plazo de 20 días, todas las partes tendrán que acordar cuándo y quién proceden a la entrega de aquellos bienes que no son inmuebles, aunque está pendiente de resolver una demanda por parte del Estado en los Juzgados de Madrid por la que reclaman todos los bienes para su propiedad al estar en el interior del Pazo

El complejo que la familia Franco lleva utilizando desde los años de la dictadura cuenta con numerosos tesoros que se guardaban en el interior y que hasta hace meses eran una incógnita pero un inventario los sacó a la luz hace unos meses.

Los elegidos para formalizarlo fueron dos arquitectos, un arqueólogo y una historiadora del arte, que trabajan como técnicos en la Consellería de Cultura de la Xunta de Galicia. En total han registrado 697 objetos de relevancia e interés cultural, en un documento que ocupa 163 páginas y contiene 1.021 fotografías.

A pesar de que la jueza Marta Canales, encargada del caso, solicitase crear un registro de "la totalidad" de los elementos que se encuentran en el interior del Pazo, los técnicos explican en su informe que “las ropas y los objetos de uso personal, los ajuares domésticos de uso diario o habitual no son objeto de este inventario”, es decir, que se han obviado los materiales de cocina y no se han abierto cajones y armarios.

Además, en el inventario, que no detalla el valor económico de cada artículo, han sido incluidos las alfombras y tapices enrollados que se encontraban en algunas de las habitaciones del Pazo, pero sin que se pueda apreciar de qué obras artísticas se trata. Tan solo se aprecian enroscados, protegidos por plásticos, lienzos y en otros casos papel de periódico. Lo más destacable es que algunos llevan el sello de la Real Fábrica de Tapices, por lo que su valor y su antigüedad se pueden intuir.

Así es el registro de bienes del pazo de Meirás
Así es el registro de bienes del pazo de Meirás

La explicación que se da en el inventario a este respecto es clara: “Dadas las condiciones en que se realiza este trabajo y en que se almacenan los textiles cuando no está en uso el inmueble, no se ha podido realizar un inventario pormenorizado de alfombras, reposteros o tapices". Pero son conscientes de su potencial valor: "Debe tenerse en cuenta que algunas de las telas empleadas para tapizar muebles pueden tener la consideración de tejidos históricos. El inventario de estas piezas deberá ser objeto de un trabajo separado realizado por especialistas”.

3 bibliotecas, 4 pilas bautismales y 'O Paciño', la réplica del pazo con la que jugaba Carmen Polo 

Una de las partes del Pazo que era visitable, la capilla, contiene diversos bienes destacables. En primer lugar, las estatuas pétreas de Isaac y Abraham, originarias de la fachada románica de la catedral de Santiago, así como otros 37 objetos como dos “sillas de canónigo procedentes de un coro lígneo”.

En varias de las habitaciones que han permanecido cerradas al público desde su nacimiento, se han hallado además de tapices y lienzos una gran variedad de objetos de valor. Entre ellos se encuentran decenas de cuadros de gran tamaño, mobiliario, camas con copetes, lámparas de araña, porcelanas, relojes, esculturas en bronce y pináculos torneados o tallas religiosas.

Otro de los aspectos que más ha sorprendido a los técnicos es el contenido de las tres bibliotecas que se encuentran en el interior del Pazo. Los empleados públicos han señalado que hay “entre 9.000 y 13.000 ejemplares”, todavía pendientes de analizar. De las tres bibliotecas, dos de ellas pertenecían a Franco, la de su despacho y la de la planta baja, y la última, situada en la Torre de la Quimera, a la primera dueña del complejo, Emilia Pardo Bazán.

La familia Franco fue guiando a los técnicos por todas las zonas del inmueble, destapando aquellos objetos que se almacenaban cubiertos, y en las imágenes aparecen hasta 81 artículos concretos que guardan alguna singularidad. Entre ellos se encuentran cuatro pilas bautismales, pináculos, bolardos, frisos en bajorrelieve, decenas de blasones, esculturas, un reloj de sol, tres hórreos, un crucero, una réplica del parteluz del Pórtico de la Gloria, la pista de tenis que mandó construir Franco y hasta la casa de juegos de su hija, Carmen Polo. Se llama O Paciño y cuenta con su propio su pozo hecho a escala.

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