Sus lágrimas las pudo ver todo el mundo bajo un silencio total, afligida y cabizbaja, como si estuviera reflexionando en la Capilla de San Jorge, en la que solo estaba ella, la reina, quien en un momento dado pudo dejar sobre el féretro una carta, unas pocas palabras que simbolizasen todos los años al lado de su consorte.

Kate Middleton luce en el funeral del duque de Edimburgo unas joyas que llevó Lady Di en 1982

Isabel II, quien también en un pequeño homenaje llevaba dos recuerdos en su bolso por la memoria de su fallecido marido, el príncipe Felipe duque de Edimburgo, recién terminada la ceremonia, se fue a pasear a sus perros, Muick y Fergus. Quizá estaba pensando si su misiva había sido la correcta para describir más de 70 años juntos que acababan, ocho días después de su muerte, con su funeral, este pasado sábado.

La había escrito de su puño y letra y la había colocado sobre el ataúd antes de que comenzasen los actos y el Land Rover comenzase el recorrido que su conductor había estado ensayando una semana al completo. Allí estaba la epístola, junto al estandarte del príncipe, su gorro naval y una corona blanca de flores.

Bordes negros, el emblema real de la casa de Windsor y una frase que los lirios y los jazmines dificultaban su lectura. Sin embargo, tal y como asegura la revista Hello!, ya se ha podido descifrar lo que aparece escrito, más allá del cariñoso apelativo con el que la monarca firmó la tarjeta, Lilibeth, que era como él la llamaba (y que también han usado para referirse a ella tanto su padre, el rey Jorge VI, como el rey de España, Felipe VI).

"In loving memory", decía la carta, que en español se podría traducir como "En memoria de nuestro amor" o "Con amados recuerdos" y que la soberana colocó como última despedida de su esposo, que además era su primo tercero, y del que estuvo enamorada desde que tenía 13 años.

BBC