Lo que hizo la reina Isabel II nada más acabar el funeral del duque de Edimburgo para sobrellevar el duelo

La reina de Inglaterra, en el coche oficial para asistir al funeral del duque de Edimburgo.
La reina de Inglaterra, en el coche oficial para asistir al funeral del duque de Edimburgo.
GTRES
La reina de Inglaterra, en el coche oficial para asistir al funeral del duque de Edimburgo.

La reina Isabel II de Inglaterra vivió este sábado uno de los días más duros y difíciles de su larga vida: el entierro de su alma gemela, de su pareja durante más de 74 años, el entierro de su marido, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo.

Tras la ceremonia, sobria y discreta entre otros motivos por el propio deseo del finado y por las restricciones a causa de la pandemia de coronavirus, la reina regresó a su residencia privada en el castillo de Windsor y para sobrellevar la pena, hizo una de las cosas a las que suele recurrir en momentos difíciles: sacar a pasear a sus perros.

Tal y como recoge el Mirror, citando fuentes cercanas a palacio, la reina sacó de paseo a sus nuevos cachorros, llamados Muick y Fergus, con los que ha pasado mucho tiempo desde que el pasado día 9 muriera el príncipe.

Estos perros adoptados, un corgi y un dorgi, han sido un importante apoyo para la monarca desde que los problemas de salud del duque se acentuaran hasta el punto de ser ingresado en un hospital el pasado mes de febrero.

A lo largo de los años, Isabel II ha tenido más de 30 perros, pero estos dos fueron adoptados en febrero. Según las fuentes cercanas a la reina, pasear a las mascotas es su forma de "lidiar con la desgracia y la gran infelicidad".

Muick y Fergus son los primeros perros propiedad de la reina que no son descendientes directos de una corgi llamada Susan, que le regalaron a Isabel II por su decimoctavo cumpleaños en 1944.

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