Con el título 'El edificio de la Delegación del Gobierno en Aragón (antiguo Gobierno Civil de Zaragoza) como imagen de la historia de la ciudad contemporánea', el libro ha sido editado en 2020 por la Institución Fernando el Católico de la Diputación de Zaragoza.

La profesora Vázquez, titular del Departamento de Historia del Arte de la UZ y perteneciente al grupo de investigación 'VESTIGIUM' sobre arte y patrimonio aragonés en su contexto y dimensión internacional, cuenta cómo el edificio de la actual Delegación del Gobierno formaba parte del denominado 'Proyecto de avenida de Nuestra Señora del Pilar', que comenzó a idearse en 1936 por el arquitecto zaragozano Regino Borobio Ojeda, ya iniciada la Guerra Civil, aunque sufrió modificaciones posteriores.

Su propósito era recuperar "la esencia patria y la nueva plaza de Nuestra Señora del Pilar posibilitaba el encuentro en un espacio unitario de los símbolos del poder civil, eclesiástico y militar", según expone Vázquez.

Este proyecto daba "extraordinaria importancia" al aspecto espiritual "por el fervor que la Santísima Virgen del Pilar inspiraba, no solo a los aragoneses, sino a los españoles, en general". De hecho, se convirtió en uno de los principales centros de peregrinación en la posguerra y fue declarado 'Templo nacional y Santuario de la Raza'.

En el caso del edificio del Gobierno Civil, quiso situarse próximo a las sedes "de los poderes municipal y religioso", produciéndose así la convivencia en un mismo espacio público de cinco edificios, Lonja, Casa Consistorial, Gobierno Civil, Basílica del Pilar y catedral de la Seo.

NO SALIÓ ADELANTE

El proyecto de avenida de Nuestra Señora del Pilar o avenida de las Catedrales no salió adelante tal y como se había planteado porque surgieron varios problemas durante su desarrollo y no se realizó la prolongación del actual paseo de la Independencia hasta la plaza del Pilar, que iba a ser la avenida que se iba a denominar así.

A finales del siglo XX, entre 1989 y 1991, los arquitectos José Manuel Pérez Latorre y Ricardo Usón García redactaron los proyectos de remodelación para las plazas de la Seo y del Pilar, respectivamente, dotándolas de la apariencia que actualmente poseen.

El arquitecto Regino Borobio y su hermano José sí diseñaron un edificio para el entonces Gobierno Civil "con sobriedad y armonía compositiva en su exterior, pero con grandiosidad y magnificencia en su interior", relata Vázquez en su obra.

Se construyó entre 1949 y 1955, y después de esta última fecha los Borobio diseñaron el mobiliario para cada una de las dependencias de la nueva sede. La autora señala que reflejaba "las pretensiones del régimen franquista que, a través de la manifestación arquitectónica, de su monumentalidad y de la extraordinaria calidad de sus materiales, buscaba ser expresión de él mismo".

Según la investigadora, el proyecto del edificio fue suscrito en un período en el que la arquitectura "era entendida prioritariamente como mecanismo transmisor de ideología y como símbolo del poder del régimen franquista".

OBRAS

Las obras del edificio del antiguo Gobierno Civil comenzaron en 1949 y se prolongaron casi una década por falta de recursos económicos, dado que estuvieron sometidas al ritmo de las consignaciones incluidas anualmente en el presupuesto del Ministerio de Gobernación, y aumento de su costo primitivo.

De ahí, que no prestara servicio público hasta el 10 de mayo de 1958, si bien la recepción definitiva tuvo lugar el 18 de febrero de 1960, siendo gobernador civil de Zaragoza, José Manuel Pardo de Santayana.

La profesora detalla que se usó ladrillo para el cerramiento de los muros de las fachadas para seguir la tradición local, logrando una sobriedad compositiva. En su interior, el edificio se organizó en un volumen que acogió distintos fines, el representativo, de oficinas, despachos y la vivienda del gobernador.

Los arquitectos incluyeron tres pinturas murales al fresco, que finalmente fueron llevadas a cabo con la técnica del óleo sobre lienzo adherido al muro, que versan sobre acontecimientos relevantes de la historia de la ciudad de Zaragoza. Su ejecución no tuvo lugar hasta mayo de 1958.

Dos de las pinturas se localizan en la escalera principal o de honor, que arranca del vestíbulo de la planta baja, y la tercera presidió hasta hace pocos años el vestíbulo de la planta noble, al que conduce la citada escalera.

Los arquitectos encomendaron la ejecución de las tres pinturas a la empresa Arte Sacro Navarro, que fue fundada en Zaragoza por los primos Leopoldo Navarro Orós y Manuel Navarro López, en 1939.

VIDRIERAS

El proyecto de obras de terminación del edificio incluyó tres vidrieras artísticas -de 3,60 por 1,70 metros-, que están situadas en el entrepaño central de la escalera principal, con visibilidad interior. Fueron realizadas por la Sociedad Maumejean Hermanos de Madrid, siguiendo los bocetos de los hermanos Borobio y las orientaciones del taller de los Navarro.

Los arquitectos diseñaron también el mobiliario y encargaron los adornos para el interior del nuevo edificio, conforme a un mismo criterio estético fundamentado en principios de sencillez y sobriedad.

Igualmente, se prestó atención a la calidad de los materiales empleados -seda, terciopelo, raso de algodón-, fundamentalmente en las dependencias principales, como el salón de recepciones, la sala de visitas, los despachos y dormitorios del gobernador y secretario.

USO ACTUAL

La autora recuerda en su libro que el edificio siguen teniendo carácter institucional puesto que en él se halla la sede de la Delegación del Gobierno en Aragón. "Si bien conserva con carácter general la imagen del proyecto original, ha sufrido el paso del tiempo, distanciándose notablemente de su función primitiva ante las nuevas necesidades de naturaleza administrativa y no solo principalmente representativa como tenía en origen", apunta.

En consecuencia, se ha visto sometido a un número importante de intervenciones parciales, muchas de ellas sin un criterio unitario y sin haber conseguido dar respuesta a las exigencias de uso actuales, opina Vázquez en su obra.

La publicación recuerda, asimismo, que el anterior emplazamiento del Gobierno Civil de Zaragoza fue un chalé de la plaza de Aragón, que no era adecuado, ni por sus dimensiones, ni por su distribución interna para la primera autoridad civil de la provincia.

Este chalé, ubicado en el número 1 de la plaza de Aragón, fue edificado para vivienda familiar y tras añadidos y transformaciones se convirtió en el Gran Hotel Regina durante el período de celebración de la Exposición Hispano-Francesa de 1908, cuyo nombre es un homenaje a la institución monárquica y, más concretamente, a la reina consorte Victoria Eugenia.

Esta iniciativa fue adoptada por el propietario del inmueble, Tomás Castellano Echenique, que formó una sociedad anónima denominada Gran Hotel junto con Basilio Paraíso Lasús, José Nicolás de Escoriaza Fabro, Simón Navarro Vicente, Arturo Nicolás Gracia, Bonifacio García Sánchez, Antonio Ros Zaldín, Francisco Lozano García, José Puértolas Ramón y Luis Higuera, marqués de Arlanza.

El objetivo era explotarlo como hotel durante la citada Exposición de 1908. Terminada, quedó libre y acabó siendo elegida como la mejor opción, a través de un concurso, para acoger el Gobierno Civil por la falta de espacio que sufría esta institución en el edificio que compartía en ese momento con la Diputación Provincial, en la plaza de España, lugar en el que asentó la figura del gobernador civil desde su creación en 1858 y hasta 1911. Desde ese año y hasta 1958 esa fue su sede.