Según el escrito de acusación pública, los hechos ocurrieron en noviembre de 2019 en un centro de atención a personas con discapacidad, a donde este hombre acudía para visitar a su esposa. Se da la circunstancia de que el acusado había residido anteriormente también en ese centro, pero fue expulsado, y tenía permiso para visitar a su mujer entre las 17 y las 18,30 horas (acompañado por personal de seguridad hasta la habitación).

La Fiscalía expone que, el 22 de noviembre de 2019, sobre las 18,00 horas y estando el acusado en la habitación de su esposa, se acercó a la cama de su compañera y, con ánimo de obtener una satisfacción sexual, introdujo su mano por debajo de la sábana y le realizó tocamientos en la ingle durante al menos 10 minutos.

La perjudicada padede la enfermedad de Alzheimer en grado severo, y sufre un deterioro cognitivo, de manera que está desorientada en el tiempo y en el espacio, y tiene abolida la memoria próxima y la memoria remota, además del lenguaje escrito y oral. Por tanto, carece de capacidad o voluntad para consentir o rechazar comportamientos de naturaleza sexual.

Por estos hechos, el ministerio público considera al acusado autor de un delito de abuso sexual y pide para él 2 años de prisión, además de las medidas de libertad vigilada, alejamiento de la víctima y participación en programas de reeducación sexual. También reclama que indemnice a la víctima en 3.000 euros por los daños morales.