¿Cómo decorar con papel pintado? Consejos para conseguir los mejores resultados en cualquier estancia

  • Los más lavables resultan perfectos para áreas de mucho tránsito o para cocinas y baños.
  • Consiguen ensanchar una habitación escogiendo franjas horizontales o elevar los techos con verticales.
Baño decorado con papel pintado.
Baño decorado con papel pintado.
PINTEREST DECOIST.COM
Baño decorado con papel pintado.

Lejos quedaron los tiempos en que el papel pintado era sinónimo de flores y dibujos geométricos setenteros, ambiente retro y hasta horterada. Los decoradores más prestigiosos vuelven a utilizarlo como elemento imprescindible en sus diseños, aportan personalidad a cualquier estancia de la casa y son capaces de renovarla por completo, están al alcance de todos los bolsillos, su instalación es bastante sencilla (con cola o autoadhesivos y removibles) y se fabrican en materiales que les hacen resistentes al agua y la humedad y, por tanto, aptos para espacios como la cocina o el baño.

Además, las posibilidades que ofrecen sus diseños son infinitas: los hay que imitan con gran fidelidad otros materiales como los de efecto madera, ladrillo, hormigón, tela o cerámica, los de motivos naturales que pueden recrear una selva tropical en un salón o dormitorio, los de renovados estampados florales, con rayas o dibujos geométricos, los de motivos infantiles o los más discretos de color liso o texturizados.

Consejos para iniciarse en el empapelado

¿Qué aspectos debemos priorizar a la hora de utilizar un papel pintado? Esta es una guía de referencia con varios aspectos a tener muy en cuenta:

Menos es más. Hace años la tendencia era la de utilizar un papel distinto en cada estancia y forrar sus cuatro paredes lo que solía producir un efecto reductor del espacio. Salvo si se cuenta con habitaciones de generosas dimensiones, el consejo de los decoradores de interiores es utilizar el papel en una o como mucho dos paredes (idealmente contiguas y no enfrentadas), lo que ayuda, por una parte, a delimitar espacios y, por otro, a personalizar la estancia.

Elegir la pared a la que se le quiera dar protagonismo. Es decir, tener claro que aquella en la que pongamos el papel se convertirá de forma instantánea en el objeto de todas las miradas. Los decoradores recomiendan elegir la que tenga una buena visión frontal o que funcione como principal por algún otro elemento: zona de comedor, dónde está el sofá, dónde está el cabecero de la cama... Cuando se trata de delimitar espacios, podemos colocarlo por ejemplo en la zona del comedor para separarlo visualmente del salón o bien en las paredes del vestidor para demarcar esa zona de la dedicada al descanso.

Lo pequeño llama a lo pequeño, lo grande a lo maximalista. Regla de oro: si la habitación es pequeña optar por motivos pequeños en el estampado del papel para que se aprecie el diseño. En las habitaciones más grandes elegir, por el contrario, diseños amplios para evitar la excesiva repetición de los motivos.

Jugar con la pintura y otros elementos decorativos. En ocasiones puede ser una muy buena idea utilizar en el resto de las paredes un color de pintura que combine con el papel elegido para la pared principal o bien realizar combinaciones de media pared con baldosa (por ejemplo en la cocina y el baño) o revestimientos de madera a media altura y la otra mitad con papel.

El papel consigue efectos ópticos. Si el espacio es estrecho se puede ensanchar gracias a él y si es corto se puede alargar. Se puede lograr luminosidad y sensación de amplitud en un piso pequeño y oscuro eligiendo un papel pintado de tonos claros y diseño sencillo, alargar una habitación escogiendo franjas horizontales o eleva los techos con rayas verticales. Por su parte, con un estampado potente y llamativo se puede resaltar una zona concreta y darle profundidad.

No olvidar nunca. Además del estampado o de la gama de color, hay que tener en cuenta el tipo de base que lleva el papel y también cómo es la superficie: qué acabado tiene, si es más o menos lavable, cuál es su resistencia a la luz y los rayos solares... Los más lavables resultan perfectos para áreas de mucho tránsito o para cocinas y baños. Es el caso del papel vinílico, capaz de soportar sin problemas la humedad y la limpieza constante.

Y estos son algunos ejemplos de todo lo que un buen papel pintado puede hacer en diferentes estancias de la casa:

Cocina

Utilizado en la pared principal donde se sitúan la cocina y/o el fregadero, a modo de cenefa horizontal sobre la encimera o bien para separar ambientes como la zona de desayuno con la mesa alta y los taburetes.

Dormitorio

Un buen papel pintado puede convertirse en el mejor cabecero para una cama en el dormitorio. Los motivos florales o relacionados con la naturaleza suelen ser un éxito asegurado en esta estancia, ya que transmiten calma y frescura.

Zonas de paso, entradas o vestidores

Personalizar y dar mayor perspectiva o profundidad a un vestidor, pasillo o hall es posible forrando alguna de sus paredes con papel pintado.

Habitaciones infantiles

Las posibilidades son infinitas. Desde lo más delicados y minimalistas hasta los más recargados o de tonalidades oscuras para dar protagonismo a la pared de la cama.

Salones

Bien presidiendo el sofá, la zona de comedor o algún rincón dedicado al relax o la lectura. La pared elegida se convertirá en protagonista absoluto de esta estancia. 

Baño

Fuera complejos. Bien combinados con azulejo u optando por un total look a base de papel el éxito está asegurado y puede convertir esta estancia, a veces tan insulsa y de paso, en uno de los espacios más acogedores de la casa. 

Mostrar comentarios

Códigos Descuento