Ya sean propias o ajenas, las fotografías son uno de los mejores recursos decorativos en cualquier casa y la mejor manera de dotar de vida y personalidad propia cualquier rincón de una vivienda. Pero, ¿cómo colocarlas para conseguir los mejores resultados? Estas son algunas ideas que pueden resultar tremendamente útiles y actuales.

Imágenes que trepan por escaleras

Las paredes de las escaleras interiores son un estupendo lienzo para dar rienda suelta a la creatividad. Crear mosaicos o collages con fotografías familiares en blanco y negro en diferentes tamaños pero utilizando el mismo color de marco o bien optar por el maximalismo mezclando marcos de diversos colores, grosores y diseños pueden conseguir resultados sorprendentes.

A lo grande

Una opción muy diferente pero igual de efectiva es la de utilizar una única fotografía de tamaño XXL a modo de cabecero para la cama o bien presidiendo una de las paredes del salón, el hall de entrada, la cocina o por qué no el mismísimo baño. Otra variante es usar una foto de gran formato partida en varias piezas enmarcadas y situadas juntas con algunos centímetros de separación. En estos casos esaa imagen se convierte en el centro de atención por lo que conviene elegir una que impacte por su belleza o singularidad.

Clásicos que nunca pasan de moda

Elegir como motivo decorativo fotografías de portadas de antiguas revistas (como los Vogue de la imagen inferior) o imágenes en blanco y negro de actores del Hollywood clásico, estrellas de la música o grandes top models y enmarcarlas con el mismo tamaño y marcos de un único color (por ejemplo en negro, plateado o blanco) puede convertir cualquier pared en un espacio con mucho estilo. 

No a los clavos, sí a las baldas

Uno de los recursos decorativos más utilizados de los últimos años: colocar en la pared una o varias baldas a diferentes alturas y situar en ellas una ristra de fotografías sin necesidad de colgarlas una a una. Mantener la misma tonalidad en las fotos y un estilo similar en el enmarcado suele dar buen resultado estético.

Fotos en el suelo o sobre un mueble

Muchas veces no es necesario colgar una fotografía en la pared para conseguir los mejores resultados. Si la imagen tiene un tamaño considerable basta con apoyar el marco en el suelo o bien sobre algún aparador, escritorio o mueble de mediana altura para que el efecto sea moderno y atractivo. En este caso quizás conviene tomar precauciones y sustituir el cristal por un metacrilato por si sufriese alguna caída inesperada al suelo o alguien se tropieza con ella. En casas con niños pequeños, mejor evitarlas.  

Los tiempos cambian, los estilos también

En el siglo XXI los marcos también empiezan a ceder terreno a otros soportes o formatos. En la actualidad es frecuente encontrar murales de fotografías de pequeño tamaño o al estilo polaroid sobre un escritorio, cama o sofá pegadas con washi tape, colocadas sobre en una rejilla de metal, o colgadas de cuerdas con pincitas o bien en guirnaldas de luz que permiten lograr un efecto óptico muy atractivo.

¿Menos en más?

Aunque en decoración suele primar la norma del menos es más, cuando se trata de fotografías, atreverse a forrar una pared completa con instantáneas puede ofrecer los mejores y más sorprendentes resultados. Para muestra, algunos botones: 

En perfecta simetría

Este tipo de composiciones ayuda a poner orden visual en cualquier ambiente, proporcionando armonía y transmite sensación de paz. Para que el efecto sea completo, procura dejar espacio suficiente entre las distintas obras, de forma que respiren, y apuesta además por el blanco y negro para darle más simetría.