Tras largos meses de continuas malas noticias sobre la actual crisis económica mundial, en los últimos días son varias la voces que se han alzado para arrojar un rayito de esperanza. Tímido, sí, pero esperanzador al fin.
Entre estas voces optimistas destaca la del presidente de EE UU, Barack Obama. Aunque cauto y realista, ya que no ocultó que este año será aún difícil, este miércoles anunció que ya se ven "signos de progreso económico". Entre ellos, citó el aumento de las refinanciaciones hipotecarias, el comienzo del deshielo en el sector de los préstamos para la compra de automóviles y para estudiantes y el aumento de la actividad crediticia entre las pequeñas empresas.
Con la misma cautela pero también esperanzado se mostraba hace días el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, antes de la cumbre del G-20, cuando dijo que aquella cita establecería "el inicio de la recuperación" y una "nueva etapa". Poco después, tras la remodelación de su Gobierno, aseguraba que estamos entrando en una "segunda fase de la lucha contra la crisis más compleja, pero más esperanzadora".
Asimismo, el todavía secretario de Estado de Economía, David Vegara, aseguró este miércoles que hay elementos que empiezan a apuntar a una estabilización de los datos macroeconómicos, tanto en la economía de Estados Unidos como en la europea y la española.
En ese barco también se halla el presidente de la Reserva Federal estadounidense, Ben Bernanke, que a mediados de marzo señaló que en Estados Unidos la crisis acabaría "probablemente" antes de 2010. Poco después, el pasado martes, afirmaba: "Soy fundamentalmente optimista acerca de nuestra economía", aunque reconozco que las actuales condiciones económicas son difíciles".
Señales contradictorias
Este optimismo, no obstante, contrasta con los últimos indicadores difundidos por los departamentos de Trabajo y de Comercio. Según ellos, las ventas al por menor bajaron inesperadamente un 1,1 % en marzo, lo que representa una duro revés para aquellos que auguraban leves signos de recuperación del sector. La caída pone fin a dos meses consecutivos de subidas y se sitúa por debajo de lo pronosticado por los analistas, que esperaban un aumento de entre el 0,2 y el 0,3%.
En otros países también hay señales contradictorias. En China, por ejemplo, la economía creció en el primer trimestre del año un 6,1 %, la peor cifra en este periodo desde 1992. Sin embargo, el país
El negocio bancario en este país comienza a dar síntomas de recuperación de la actividad, con un volumen de crédito que se multiplicó por seis el pasado mes de marzo, respecto al mismo mes de 2008. Se trata de un récord, según datos del Banco Popular de China. Los bancos extendieron créditos por 1,89 billones de yuanes (209.548 millones de euros).
Los más pesimistas
Por su parte, el Banco de España recela de estos buenos augurios y ya ha advertido de que la economía española sufrirá "una recesión profunda" en 2009 y que a finales de 2010 la tasa de paro será del 19%.
El último en arrojar un jarro de agua fría ha sido el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, que este jueves pronosticó que 2009 será "un año horrible", con una recesión mundial "profunda", y condicionó la recuperación en 2010 a que los gobiernos aumenten sus intervenciones en la economía. Pese a todo, admitió que la "caída libre" de la economía puede estar empezando a remitir.
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