Día Mundial del Agua | Buenas prácticas, ¿qué puedes hacer para contribuir?

  • El agua es un bien preciado que debemos cuidar.
  • Podemos empezar con pequeños gestos en nuestro hogar para ahorrar y para no contaminarla.
Canal de agua en Francia
El agua dulce es un recurso escaso y finito que debemos cuidar.
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Canal de agua en Francia

En la Tierra, no en vano conocida como el planeta azul, aproximadamente un 70% de la superficie es agua. Este porcentaje es similar en el cuerpo humano, donde supone entre un 60% (en la vejez) y un 80% (al nacer). Por eso no resulta exagerado afirmar que el agua es fundamental para la vida, tanto de las personas como de las plantas y los animales.

Desafortunadamente, la mayor parte de esa superficie líquida es agua salada (96,5%) y solo un 3,5% dulce. Además, está congelada en un alto porcentaje (69%) y casi toda la restante se acumula en acuíferos subterráneos (30%) que hay que explotar. Es decir, solo un 1% del agua dulce está disponible directamente para el consumo humano.

Solo un 1% del agua dulce está disponible directamente para el consumo humano

De estos datos se deduce que cuidar del agua potable y procurar que no se contamine es una responsabilidad enorme en la que todos deberíamos implicarnos. Aunque tendemos a pensar que no se puede hacer gran cosa para paliar el cambio climático –algunos defienden, de hecho, que ya es irreversible–, hay pequeños gestos con los que podemos aportar nuestro granito de arena.

No hay que olvidar que nuestras acciones servirán de ejemplo para las nuevas generaciones, a las que queremos dejar un planeta en mejor estado y enseñar buenas prácticas para garantizar el agua del futuro. Por eso deberíamos poner más atención a la manera en que la consumimos en el día a día, por el ahora y por el mañana.

En el Día Mundial del Agua (22 de marzo) ofrecemos una serie de consejos que podemos aplicar en nuestras rutinas cotidianas con facilidad, para consumir agua de forma más responsable. Se trata de recomendaciones sencillas relacionadas con el ahorro, la limpieza o el mantenimiento de las redes de abastecimiento, de las que por suerte disfrutamos en España. El agua es vida.

Evita el agua embotellada

No solo porque su envase suele ser de plástico sino también por la huella de carbono que deja su producción, deberíamos reducir al máximo el consumo de agua embotellada. Llevar una botella reutilizable siempre encima es la mejor ayuda y, en lugares donde el agua no es muy buena, se pueden instalar filtros en el grifo (foto) o usar jarras con uno incorporado.

Reduce el consumo en casa

Todo los conocemos, pero es hora de tomarse en serio los clásicos consejos: cierra el grifo mientras te lavas los dientes, te afeitas o te enjabonas las manos; siempre mejor duchas cortas que baños; instala cisternas de doble descarga y reduce su capacidad metiendo una botella dentro; no dejes correr el agua y utiliza el lavavajillas en lugar de fregar platos a mano.

Reutilizar para no desperdiciar

Si te resulta indispensable dejar correr el grifo para alcanzar la temperatura deseada al beber o lavarte, puedes recogerla y usarla para regar, para tu mascota, o para fregar el suelo, limpiar el coche... El agua de cocinar también sirve para las plantas. Nunca riegues en las horas centrales del día, si lo haces al amanecer o al anochecer será más provechoso.

El agua de cocinar se puede utilizar para regar las plantas.
El agua de cocinar se puede utilizar para regar las plantas.
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El aceite, mejor a reciclar

Hay un error en el que solemos caer: tirar el aceite usado de la sartén al desagüe o al váter. Si te paras a pensar dónde va ese aceite, seguro que te pasas al bando del reciclaje. Es tan fácil como acumularlo en un envase vacío con tapón (por ejemplo, de detergente líquido) y llevarlo al punto limpio o contenedor más cercano. Algunos supermercados también lo recogen.

También fuera de casa

En tu tiempo de ocio puedes aportar igualmente tu granito de arena a favor del agua. No dejar basura junto a ríos, lagos o embalses y no tirar colillas en la playa es fundamental. En alojamientos turísticos, podemos pedir que no cambien toallas y sábanas cada día. Y si ves una fuga en la vía pública (de fuentes, tuberías...), avisa para que la reparen cuanto antes.

Y recuerda: el váter no es una papelera

Que seamos conscientes de que cada persona cuenta es imprescindible para cambiar las malas costumbres. Entender que el desagüe o el inodoro no son una papelera es esencial: las toallitas, tampones y similares van del retrete al sistema de depuración de aguas de las ciudades, así que cada mal gesto individual al final lo pagamos todos.

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Las toallitas que tiramos al váter producen serios problemas en el alcantarillado
HIDRAQUA
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