​Las células T 'asesinas', alternativa a los anticuerpos para luchar contra las nuevas variantes del coronavirus

  • Estas células pueden atacar y destruir aquellas células que ya han sido infectadas por el coronavirus, revela un estudio.
Imagen al microscopio electrónico de partículas del coronavirus 2019-nCoV/SARS-CoV-2/virus de COVID-19 (amarillo) emergiendo de una célula en cultivo (rosa).
Imagen al microscopio electrónico de partículas del coronavirus 2019-nCoV/SARS-CoV-2/virus de COVID-19 (amarillo) emergiendo de una célula en cultivo (rosa).
NIAID/RML.
Imagen al microscopio electrónico de partículas del coronavirus 2019-nCoV/SARS-CoV-2/virus de COVID-19 (amarillo) emergiendo de una célula en cultivo (rosa).

La lucha contra las nuevas variantes del coronavirus ha llevado a los investigadores a estudiar un tipo de células capaces de atacar y destruir las células ya infectadas por el coronavirus. Se trata de las células T, llamadas 'asesinas', por su capacidad de luchar contra el virus.

Tal y como recoge Redacción médica, el uso de estas células nos proporcionaría inmunidad y estar protegidos de manera duradera contra el virus. Es la conclusión de un estudio, publicado en la revista Nature.

"Sabemos que los anticuerpos probablemente sean menos efectivos, pero tal vez las células T puedan salvarnos", asegura Daina Graybosch, analista de biotecnología del banco de inversión SVB Leerink de Nueva York.

El sistema inmunológico, además de los anticuerpos, produce células T. Algunas de ellas son conocidas como 'asesinas' (células T CD8 +), que localizan y destruyen las células infectadas por el coronavirus. Por otro lado, las llamadas células T 'colaboradoras' (células T CD4+), estimularían la producción de anticuerpos y células T 'asesinas'.

Las células T actúan cuando el virus ya se ha infiltrado en el cuerpo, por lo que su papel es clave para eliminar la infección y podrían ser determinantes para convertir un posible ingreso hospitalario en una infección leve.

"Si son capaces de matar las células infectadas por el virus antes de que se propaguen desde el tracto respiratorio superior, influirá en lo enfermo que el paciente se sienta", dice Annika Karlsson, inmunóloga del Instituto Karolinska en Estocolmo.

Además, se cree que las células T podrían ser más resistentes que los anticuerpos a las nuevas variantes. Alessandro Sette, inmunólogo del Instituto La Jolla de Inmunología en California ha demostrado que las personas infectadas con SARS-CoV-2 generan células T que se dirigen al menos a entre 15 y 20 fragmentos diferentes de proteínas del coronavirus.

Estos fragmentos de proteína pueden variar mucho de una persona a otra, por lo que una población generará una gran variedad de células T. "Eso hace que, a diferencia de los anticuerpos, sea muy difícil para el virus mutar para escapar del reconocimiento celular", sentencia Sette.

Estos descubrimientos han motivado que haya farmacéuticas que estén diseñando vacunas basadas en esta tecnología. La empresa de biotecnología Gritstone Oncology, en Emeryville, California, está diseñando una vacuna que incluye el código genético de fragmentos de proteínas del virus que provocan respuestas de células T, con el fin de garantizar que las respuestas de anticuerpos sean sólidas.

"Desarrollamos esta vacuna para prepararnos ante situaciones adversas. Tenemos la esperanza de que todo lo que hagamos sea una pérdida de tiempo, pero hay que estar preparados", dice Andrew Allen, presidente de Gritstone.

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