Cómo hay que explicar a los niños cómo y por qué debemos reciclar en casa

Contenedores de reciclaje de Sogama
Contenedores de reciclaje de Sogama
EUROPA PRESS - Archivo
Contenedores de reciclaje de Sogama

El reciclaje es una de las medidas que se pueden incorporar en el día a día para contribuir al sostenimiento del medioambiente, por lo que enseñar a los niños esta práctica y la importancia que tiene es fundamental para que, desde pequeños, se habitúen a hacerlo.

Lo primero que se preguntarán los niños, como sucede con casi todos los temas, es el por qué, ya que los más pequeños necesitan conocer los motivos o las razones por la que se hace cualquier cosa.

Así, se puede empezar explicando que el plástico tarda cientos de años en descomponerse, por lo que los residuos se acumulan en el planeta y terminan acumulándose en el mar, los ríos o los bosques, causando daños al ecosistema y a los animales y ensuciando el planeta.

Por otro lado, hay que explicar que el papel también hay que reciclarlo, ya que este se fabrica gracias a la madera que se extrae de los árboles. De este modo, al reciclar, habrá que talar menos árboles, manteniendo los bosques verdes y evitando que los animales que viven allí se queden sin hogar.

También el vidrio es importante reciclarlo, ya que se hace con arena, carbonato y otros materiales que, en el proceso de fabricación, consumen mucha energía. Reciclarlo ayudará a no generar más residuos y a ahorrar energía y recursos en un planeta que posee medios limitados.

¿Cómo reciclar con los niños?

En primer lugar, como actividad lúdica, se puede elaborar con los niños un mural o cartulina donde se muestren las "4 erres": reciclar, reutilizar, reducir y recuperar.

Así, se pueden escribir estas palabras clave y tratar de explicar a los niños la importancia de cada una de ellas. Por un lado, reciclar todos los residuos de forma correcta. Por otro lado, reducir la cantidad de basura que generamos, así como reutilizar la ropa, los envases, los tarros y demás elementos y, por último, recuperar los materiales para utilizarlos de nuevo.

Otra actividad puede ser la de fabricar diferentes papeleras, forrándolas cada una de un color: verde, amarillo y azul. En ellas, se puede escribir en grande para qué son cada una (vidrio, plástico y papel) y, de este modo, los niños aprenderán a relacionar esos colores con el material que se recicla en cada uno de los contenedores.

Por último, con los objetos que se tienen por casa, se pueden poner ejemplos de lo que iría en cada contenedor. Por ejemplo, un tarro de cristal, un tetrabrik, una caja de cartón, una botella de agua de plástico y otra de vino que sea de vidrio, un periódico, etcétera. No hay que olvidar el contenedor de basura orgánica.

Una vez claro todo esto, también se puede explicar a los niños que hay objetos que no pueden reciclarse en ninguno de estos contenedores, ni siquiera en el de orgánico, por lo que habrá que acudir a un punto limpio, donde se desechan pilas, objetos electrónicos, baterías, ropa o muebles, entre otras cosas.

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