Los tratamientos con anticuerpos no funcionan con las nuevas variantes del coronavirus

Imagen tomada a través de un microscopio de células del nuevo coronavirus que han sido aisladas de un paciente.
Imagen tomada a través de un microscopio de células del nuevo coronavirus que han sido aisladas de un paciente.
EFE
Imagen tomada a través de un microscopio de células del nuevo coronavirus que han sido aisladas de un paciente.

Hasta ahora, eran la gran esperanza dentro de los tratamientos terapéuticos contra el coronavirus: el uso de anticuerpos monoclonales, el famoso 'cóctel' que recibió, por ejemplo, el expresidente de Estados Unidos Donald Trump. Pero ahora, los científicos han descubierto que no son efectivos contra las nuevas y temidas variantes del coronavirus.

Tal y como recoge The Guardian, los tres principales candidatos, el Regeneron y los medicamentos de Eli Lilly y GlaxoSmithKline, fallan contra una o más de las nuevas variantes.

Estos tratamientos se derivan de la clonación de un glóbulo blanco humano e imitan los efectos del sistema inmunológico. Son muy seguros, diseñados específicamente para atacar el virus y su uso parecía muy prometedor en la etapa inicial de la enfermedad para detener su progresión, recoge The Guardian.

"El desafío llegó en Navidad cuando aparecieron estas nuevas variantes, particularmente las de Sudáfrica y Brasil. Los cambios que hace el virus en sus proteínas de punta en realidad eliminan estos anticuerpos", dice Neil Cammack, de los laboratorios farmacéuticos Wellcome.

Curiosamente, el tratamiento de GlaxoSmithKline todavía funciona contra esas variantes, pero no contra la llamada cepa británica. Con el coronavirus mutando tanto como ya lo ha hecho, Cammack no espera que ninguno de los medicamentos actuales sea efectivo por mucho tiempo.

“Creo que está bastante claro que, aunque hemos visto variantes de Sudáfrica, Reino Unido y Brasil, habrá otras. Y necesitamos secuenciación masiva, secuenciación genética del virus en todo el mundo, que revelará dónde se realizan los cambios y también revelará dónde están las regiones conservadas", dice Cammack.

Los anticuerpos monoclonales atacan a la proteína de pico del virus que se adhiere a las células del cuerpo humano. En general esa parte del virus no cambia mucho, porque si lo hace, no se adherirá tan bien a las células.

Pero "aquí estamos con un virus que hace un cambio que en realidad ayuda a que se adhiera aún mejor a la célula. Entonces estos anticuerpos monoclonales se han perdido", dice Cammack. "Así que, honestamente, hemos vuelto un poco al punto de partida", sentencia.

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