El policía local acusado de agredir y detener ilegalmente a un hombre defiende la proporcionalidad de su actuación

El agente de la Policía Local de Padrón (A Coruña) que se enfrenta a una petición de cinco años de cárcel por supuestamente haber agredido y detenido ilegalmente a un hombre ha defendido la proporcionalidad de su actuación que, según ha sostenido en el juicio celebrado este viernes, requirió reducir físicamente a la presunta víctima en respuesta a un intento de agresión que el denunciante niega haber realizado.
Juicio a un policiá local de Padrón acusado de agredir y detener ilegalmente a un hombre
Juicio a un policiá local de Padrón acusado de agredir y detener ilegalmente a un hombre
EUROPA PRESS
Juicio a un policiá local de Padrón acusado de agredir y detener ilegalmente a un hombre

Los juzgados de Santiago, sede de la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, han acogido en la mañana de este viernes el juicio contra el exjefe de la Policía Municipal de Padrón, en la actualidad jubilado, por unos hechos registrados hace dos años por los que el Ministerio Público reclama cinco años de cárcel por los delitos de detención ilegal, denuncia falsa y lesiones.

El caso se remonta a febrero de 2018, cuando el agente localizó un vehículo estacionado en una zona prohibida, enfrente de la oficina de servicios sociales de la localidad coruñesa, donde se encontraba el conductor del coche realizando unos trámites.

En el momento en que el policía estaba formulando la denuncia se presentó el supuesto agredido que, como él mismo reconoció en la vista, recriminó la actitud del agente y, en un primer momento, se negó a identificarse.

Según el testimonio del acusado, en un momento dado, el denunciante entró en el vehículo y, tras facilitarle su carné de identidad, salió del coche y se enfrentó al agente lanzándole un rodillazo dirigido hacia sus testículos que no llegó a impactar totalmente.

Ante esto, el policía asegura que, como "acto reflejo", empujó al hombre haciéndolo caer al suelo y, una vez allí, usó sus pies para hacer la maniobra del "varrido", consistente en separar las rodillas de la persona para evitar que pueda levantarse.

El denunciante, por su parte, ha reconocido que llegó a alterarse y que recriminó la actitud del agente, pero niega que intentase agredirlo, sino que fue al revés. Su versión, respaldada por una testigo ocular que intercedió por la presunta víctima, señala que fue agrarrado de la chaqueta mientras salía del coche y lanzado hacia el suelo y que allí recibió patadas por parte del policía.

El informe forense presentado en la vista apunta que las lesiones observadas en las piernas durante la exploración posterior a los hechos del denunciante podrían ser compatibles con la maniobra que dice haber realizado el policía, aunque los hematomas del costado indican que la caída al suelo fue lateral.

DETENCIÓN Y PUESTA EN LIBERTAD

Tras esto, la supuesta víctima fue alejada del vehículo por el acusado, que lo llevó, agarrado de la chaqueta, hacia una pared, donde esperó la llegada de una compañera del cuerpo. Ambos agentes procedieron a trasladar al arrestado a dependencias policiales, donde se formularon los partes de denuncia y se procedió a dejarlo en libertad tras cotejar con servicios sociales que tenía a dos personas con alto grado de dependencia a su cargo.

En el trayecto a la comisaría, el arrestado nunca llegó a ser esposado. Cuestionado por este hecho, el policía acusado y su compañera (que testificó en el juicio a petición de la defensa) sostuvieron que, a pesar de la actitud mostrada previamente, no lo consideraron necesario.

Todo esto fue observado por una mujer que se encontraba justo enfrente del vehículo del denunciante en el momento de los hechos. Esta testigo respaldó con su testimonio la versión de la supuesta víctima y aseguró que el policía actuó de forma desmedida, llegando a "arrancar" del asiento del coche al hombre y lanzarlo contra el suelo.

Esta mujer manifestó en la sala que se dirigió al agente para recriminar su actitud y que otras personas que estaban en la vía pública observando la escena le gritaron "déjalo, que es A.", en referencia al 'historial' del policía, con más de 30 años de servicio como agente en el municipio coruñés.

También testificó en el juicio una vecina del lugar donde se produjeron los hechos, quien puso énfasis en la actitud "agresiva" y "amenazante" de la supuesta víctima, de la que dice haber escuchado que "iba a arrancar la cabeza" al policía.

CONCLUSIONES

Durante las conclusiones (momento en el que el denunciante fue expulsado de la sala por el juez debido a su actitud), el Ministerio Público señala las contradiciones aportadas en las versiones de los hechos ofrecidas por el agente como uno de los elementos que apuntan a su culpabilidad. En concreto, subraya que no hizo referencia al supuesto intento de agresión que, dice, motivó su respuesta hasta que testificó como investigado por los hechos.

Por su parte, la defensa del ya exagente de la Policía Local de Padrón mantiene que la actuación de su cliente a la hora de reducir al hombre fue correcta y justificada en unos momentos "de tensión" que se resuelven "en décimas de segundo".

Sostiene que los informes forenses no respaldan las heridas provocadas por las patadas y que sí apuntan a que los moratones de las piernas del denunciante pueden corresponder con la maniobra de 'varrido' de piernas para inmovilizarlo.

Además, ha desacreditado la versión de la testigo que apoyó la versión de la supuesta víctima -de quien destacó su actitud "vehemente"-, al tiempo que incidió en que el delito de detención ilegal debe ser acreditado por la existencia de un "dolo específico" que no existió en el proceder del agente.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento