Christian Dior siempre fue un hombre muy ligado al misticismo y al mundo de lo esotérico, llegando a consultar primero a su pitonisa de confianza, Madame Delahaye, antes de crear su firma en 1944. 

El diseñador vivía rodeado de amuletos, como un relicario envuelto que siempre llevaba en su bolsillo con una flor seca (que también incluía en el dobladillo de sus diseños de Alta Costura), un trébol de cuatro hojas y consideraba al 8 su número mágico. 

Maria Grazia Chiuri  ha querido seguir uno de los caminos arcanos y místicos que marcó en su momento Christian Dior, creando una colección donde el protagonista es el ocultismo.

La inspiración le llegó gracias a los momentos tan turbulentos que estamos viviendo debido a la pandemia del coronavirus: “Lo que es bueno para mí del tarot es que cuando estás en un momento difícil, algo que es mágico puede ayudarnos, ayudarnos a pensar mejor”, explicaba Chiuri.

Para ello, la diseñadora hizo un estudio del primer juego de cartas conocido: la baraja Visconti-Sforza, que fue fabricada por Bonifacio Bembo alrededor de 1400 para entretener a la familia del duque de Milán. Tres siglos después, fueron los franceses quienes atribuyeron poderes místicos y de adivinación de la fortuna a las cartas, rebautizándolo como tarot.

Chiuri buscaba reflejar los orígenes y significados esotéricos de las cartas en la baraja del tarot, desde un vestido con medallones de guipur inspirados en la baraja, hasta el misterioso vestido de gasa ahumada que brilla con cristales y la ligera feminidad de un corpiño adornado con un friso floral aireado.

También se trata de una carta de amor al savoir faire de la firma, traduciéndose en la elegancia atemporal del encaje o en la poderosa feminidad de un corsé combinado con unos elegantes pantalones de jacquard.

Sin duda, esta colección busca transmitir el poder y la fuerza de lo femenino, representando a mujeres poderosas envueltas en elegantes vestidos dorados con siluetas muy acordes a la anatomía femenina, inspirándose en la Grecia Antigua, la China Imperial, la época eduardiana y los años 50. Sin olvidar, por supuesto, a las brujas. 

Se decidió hacer presentación de la colección con un vídeo que mostraba la historia de una chica que entra en un castillo, en un laberinto que representa su viaje interior. "Cuando conoce a cada una de las figuras del tarot, tiene que tomar una decisión sobre su vida. Por otro lado, también conoce aspectos de su propia personalidad y aprende a no tener miedo del futuro ”, explican desde la casa italiana. 

La protagonista se encuentra con la Suma Sacerdotisa, la Templanza, la Justicia y la Muerte. Hay corpiños con corsé de cintura alta con inflexión renacentista, majestuosas túnicas de brocado y delicados vestidos plisados.