A finales del pasado noviembre, los duques de Cambridge se despedían junto a sus hijos George, Charlotte y Louis, de 7, 5 y 2 años, respectivamente, de una de sus mascotas, Lupo, quien tras nueve años en la familia fallecía, dejando una honda pena en el príncipe heredero y su familia.

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"Con mucha tristeza, este fin de semana nuestro perro Lupo ha fallecido. Ha estado en el corazón de nuestra familia los últimos nueve años y le echaremos mucho de menos", explicaban en Instagram, donde firmaban el mensaje con sus iniciales.

Lupo era un cocker spaniel de un potente color negro cuya familia también está ligada a la de Kensington. En concreto, a James Middleton, el hermano de Kate Middleton y empresario, precisamente, de una empresa de alimento para perros (tiene varios que, según él, le salvaron la vida).

Fue Ella, una de las primeras perritas de James, quien hace casi una década parió a dos cachorritos: Lupo y su hermana, Luna. Y esta última fue mamá a mediados del pasado año, por lo que James ha vuelto a hacer lo mismo que ya hiciera en el pasado: a sabiendas del amor con el que vivió Lupo, uno de los sobrinos de este, también cocker spaniel, vivirá en el Palacio de Kensington.

A pesar de que tanto Kate como el príncipe Guillermo están más que contentos con el nuevo miembro de su familia, que tiene encandilados a los pequeños, ambos saben que será imposible que ocupe el lugar de Lupo, dado que este no solo vio nacer a sus hijos, creciendo con ellos, sino que incluso en el tercer cumpleaños del heredero George formó parte de la sesión de fotos que le hizo su propia madre.

"Estaban devastados cuando Lupo falleció. Ambos esperaban que un perro más joven le hiciera compañía a Lupo y le diera un poco más de vida y energía", ha afirmado un informante cercano a la familia al diario The Mail on Sunday, al tiempo que ha agregado: "El nuevo cachorro es adorable y toda la familia está enamorada".