El FMI enfría el optimismo con la recuperación española: crecerá este año un 5,9%, menos de lo que se pensaba

  • Amortigua, eso sí, la caída en el año pasado: habrá una bajada de un 11,1% frente al 12,8% calculado.
  • Será el país que más crezca este año entre todos los analizados en el informe.
Imagen de archivo de Nadia Calviño y Pedro Sánchez.
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Europa Press
Imagen de archivo de Nadia Calviño y Pedro Sánchez.
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España no recibe buenas noticias en lo que a la recuperación económica se refiere. O al menos se le da una de cal y otra de arena, según las previsiones del FMI publicadas este martes. La economía española crecerá menos de lo previsto en 2021: un 5,9% frente al 7,2% que estimó el organismo en su último análisis, en noviembre pasado. Eso sí, la caída en 2020 fue menos dolorosa (un 11,1% frente al 12,8% inicialmente estimado). Con todo, España es el país con peores datos de todos los analizados, por delante del Reino Unido y de Italia, aunque también el que más crecerá en 2021.

Ante estos datos hay que tener en cuenta también los que marcó la OCDE a finales del año pasado. Pronosticó que España sería el país de la UE más castigado este 2020 y la OCDE pronostica una caída del PIB del 11,6%, siendo el que más cae de todos los estados que forman parte de la organización, por delante de Grecia y de Italia. Calculó, por otro lado, un repunte en los dos años siguientes, con una mejora de un 5% en 2021 y de un 4% en 2022, por encima de la media de la eurozona en ambos casos. Eso sí, ese crecimiento para el año que viene es la mitad del que estima el Gobierno (9,8%).

En las economías avanzadas, se prevé que Estados Unidos y Japón recuperen los niveles de actividad de finales de 2019 en el segundo semestre de 2021, mientras que en la zona del euro y el Reino Unido se espera que la actividad se mantenga por debajo de los niveles de finales de 2019 incluso en 2022. La amplia divergencia refleja en gran medida las diferencias entre los países en cuanto a la flexibilidad y la adaptabilidad de la actividad económica a la situación de la pandemia.

El FMI, que esta vez no hace recomendaciones específicas para cada país, avisa de que la actividad mundial se mantendrá muy por debajo de las proyecciones planteadas hace un año, por culpa de la pandemia. La fuerza de la recuperación proyectada varía entre países, dependiendo de la gravedad de la de la crisis sanitaria, y de la dependencia de sectores como puede ser el turismo. Esto afecta especialmente a España.

Todo dependerá también de la rapidez y la efectividad de la vacunación. Con la creciente disponibilidad de vacunas, la mejora de las terapias, las pruebas y el rastreo, se espera que la transmisión local del virus se reduzca a niveles bajos en todas partes para a finales de 2022. Algunas regiones y países llegarán a un nivel bajo de transmisión local antes que que otros, dependiendo de las circunstancias específicas de cada país, añade el informe.

Por otro lado, el organismo sostiene que en consonancia con la recuperación de la actividad mundial, se prevé que el volumen del comercio mundial crezca alrededor del 8% en 2021, antes de moderarse al 6% en 2022. Se espera que el comercio de servicios se recupere. Además, se espera que el comercio de servicios se recupere más lentamente que los volúmenes de mercancías, lo que es coherente con un turismo transfronterizo y viajes de negocios moderados hasta que la transmisión del virus disminuya.

El FMI saca conclusiones tanto positivas como negativas. En el lado positivo, más noticias favorables sobre la fabricación de vacunas y su distribución "podrían aumentar las expectativas de un final de la pandemia más rápido de lo previsto, lo que aumentaría la confianza de las empresas y los hogares". Esto generaría una mayor recuperación del consumo, la inversión y el empleo, añaden.

De todos modos, el escenario es de incertidumbre, pues todo depende de la evolución de la pandemia. En el lado negativo, el crecimiento podría resultar más débil si la tercera ola no se controla. En concreto, el despliegue de las vacunas podría sufrir retrasos, la indecisión generalizada podría dificultar su adopción, las vacunas podrían proporcionar una inmunidad más corta de lo previsto, y los avances en las terapias podrían ser limitados. En ese caso, la intensificación del malestar social, "debido a la mayor desigualdad y al acceso desigual a las vacunas y terapias, podría ser un problema y complicar aún más la recuperación".

Además, si se retira el apoyo político antes de que la recuperación se consolide, podrían aumentar las quiebras de empresas viables pero sin liquidez, lo que provocaría una mayor pérdida de empleo y de ingresos. Todo, por lo tanto, va enganchado a la gestión del virus.

Medidas en el corto y medio plazo

El organismo marca una serie de pasos a seguir. La principal prioridad sigue siendo garantizar que los sistemas de atención sanitaria cuenten con los recursos adecuados en todas partes para hacer frente a la pandemia en todo el mundo. Esto significa asegurar una financiación adecuada para la compra y distribución de vacunas y pruebas, además de los equipos de protección. Además, avisan: "La comunidad internacional también debería colaborar estrechamente para acelerar el acceso a las vacunas para todos los países".

"Los esfuerzos de salud pública deben seguir reforzándose con políticas económicas bien diseñadas y adaptadas a la fase de la pandemia". En los casos en que la transmisión local siga siendo alta, deben mantenerse herramientas como los ERTE en el caso de España. Además, en esos países, "deberían desplegarse estímulos más amplios para apoyar la recuperación según sea necesario", sostiene el FMI.

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