Según una nota de prensa de la Comisaría gijonesa, los policías acudieron a las 9.00 horas del pasado martes a la avenida Eduardo Castro, alertados por las trabajadoras de una empresa que estaban viendo a un hombre que trataba de robar en un vehículo estacionado en el aparcamiento anexo a su nave.

Supuestamente, el hombre estaba manipulando el maletero el coche de un compañero de trabajo e intentaba forzar la cerradura del portón con una llave.

A la llegada de los agentes, esta persona se encontraba apoyada en la parte trasera del vehículo con naturalidad, impidiendo con su cuerpo acceder a la zona del maletero. Al comprobar que la cerradura se encontraba forzada y ser preguntado por este extremo, él mismo admitió que se había dejado olvidada su maleta en el coche de un amigo y que este le había autorizado a cogerla porque no podía desplazarse en ese momento para abrirlo de la forma convencional.

Tras contactar con el propietario, este negó haber dado permiso a ninguno de sus amigos o familiares para que su coche fuese forzado, por lo que se detuvo al hombre, que tenía un amplio historial delictivo, con más de diez detenciones por robos cometidos en la comunidad gallega.