Lo que pensaban las civilizaciones antiguas de los eclipses totales de Sol

Imagen de un eclipse parcial de Sol desde los Emiratos Árabes Unidos.
Imagen de un eclipse parcial de Sol desde los Emiratos Árabes Unidos.
EFE
Imagen de un eclipse parcial de Sol desde los Emiratos Árabes Unidos.

Un eclipse total de Sol visible desde Sudamérica, la Antártida y los océanos Pacífico y Atlántico despedirá este 2020. Será el único que se produzca este año y tendrá lugar este lunes 14 de diciembre. La NASA ha informado de que la sombra lunar entrará en el disco solar cerca de Saavedra (Chile) a las 8.38 horas UTC. La oscuridad total se instalará en la ciudad chilena a las 10.00 horas UTC, y terminará en Salina del Eje (Argentina) a las 10.25 UTC.

Sin embargo, la humanidad no siempre los ha considerado como uno de los fenómenos astronómicos más impresionantes e impactantes del mundo, sino que su llegada sembraba el pánico entre la población pues en muchas civilizaciones se creía que era una señal de mal presagio, según recoge BBC.

"En todas las sociedades alrededor del mundo, los eclipses y cometas eran los fenómenos más temidos" ya que "se interpretaba como el augurio de la muerte del rey, del emperador o incluso como el fin de la humanidad", explicó en 2017 el profesor de astronomía y astrofísica en la Universidad Estatal de Luisiana (EE UU), Bradley Schaefer, al mismo medio.

El eclipse, cuyo nombre viene dado de una antigua expresión griega que significa 'abandono' y alude a la ausencia de luz por un momento, se produce cuando la Luna se sitúa delante del Sol y ensombrece la Tierra, lo que hacía pensar a las civilizaciones más antiguas que pronto se producirían catástrofes u otros acontecimientos negativos.

"Cada cultura, en todas partes y todos los continentes hasta inicios del siglo XX, se sentía así (...). Todo el mundo tenía miedo, estaba aterrorizado porque un eclipse en el cielo era la peor profecía", indicó Schaefer. El profesor apuntó también que este tipo de fenómenos se recibían como "una señal del cielo, un mensaje de los dioses".

Cree que esta creencia compartida por culturas tan lejanas y dispares se debe al respeto que estas profesaban al cielo como un espacio en el que se encontraban los dioses, y también por su adoración por el Sol. "Incluso en la cristiandad moderna, aunque no se diga mucho, tenemos parte de esa adoración, por cómo recibimos los solsticios o como relacionamos a Jesús con la luz", señaló Schaefer.

Diferentes significados del eclipse

Así pues, este miedo ante los diversos fenómenos astronómicos ha quedado plasmado en los textos antiguos de estas civilizaciones. Por ejemplo, las escrituras babilónicas hablan del eclipse más antiguo que se ha conseguido datar hasta el momento, que tuvo lugar el 31 de julio del año 1062 a.C. "Se transformó el día en la noche el 26 del mes de Sivan, en el séptimo año del reino y hubo un fuego en medio del cielo", se lee en ellas.

También en la Biblia, en el libro del Apocalipsis, se hace referencia a los eclipses de Sol y Luna, a los que se relaciona con los terremotos. "Y vi, cuando abrió el sexto sello sobrevenir un gran terremoto, y el Sol se volvió negro como un tejido de crin, y la Luna toda ella se volvió de sangre", reza el texto.

Por otro lado, en China se creía que el Sol estaba siendo engullido por dragones y en Vietnam quienes lo devoraban eran una rana o un sapo, mientras que en varias regiones al oeste de África se consideraba que el Sol (representado en masculino) y la Luna (en femenino) estaban reencontrándose como amantes.

También los griegos registraron este fenómeno, en La Odisea, de Homero, se habla de un eclipse que podría haber tenido lugar en el año 1178 a.C. aproximadamente en Ítaca. "Y el Sol ha muerto en el cielo y una maligna niebla todo lo cubre", figura en el clásico.

Los mayas y los aztecas creían que los eclipses se producían como resultado de las luchas entre los dioses por hacerse con los mejores lugares del planeta, mientras que los mapuches denominaban a este fenómeno 'Lai antu' o 'Lan antu' aludiendo a la 'muerte del Sol'.

"Dada la importancia del Sol como principal deidad, el hecho de que este perdiera su fuerza y fuese eclipsado generaba mucho miedo", señaló el astrofísico del Centro de Comunicación de las Ciencias de la Universidad Autónoma de Chile, Juan Carlos Beamín. "En particular las machis [mujeres líderes espirituales mapuches] se abocan a hacer rogativas, llamadas 'Nguillatun', para poder aplacar cualquier efecto negativo", añadió.

La desaparición de miedo

El miedo a los eclipses desapareció hace no mucho tiempo. Fue a principios del siglo XX, cuando comenzaron a llegar libros que hablaban sobre ellos y empezó a enseñarse dicho fenómeno en las escuelas, lo que le despojó del antiguo significado de suceso negativo y lo convirtió en un evento científico

Además, son fenómenos predecibles, y actualmente es posible saber, por ejemplo, que el 16 de julio de 2186 tendrá lugar un eclipse total de Sol que durará 7 minutos con 29 segundos, "convirtiéndose en el más largo desde el 4000 a.C. y lo será, al menos, hasta el año 6000 d. C.", y que será visible desde Venezuela, según explica Beamín.

"Si te paras a pensarlo, es solo una sombra y, ¿quién tiene miedo de una sombra?", se pregunta Schaefer, que señala que "una vez que tienes un evento predecible ya no supone la ruptura de la armonía de la naturaleza".

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