La Audiencia Provincial de Murcia ha sentenciado a un hombre de 42 años a la máxima condena por abusos sexual continuado: 15 años de prisión, 60.000 euros de indemnización y prohibición de ponerse en contacto con ella o aproximarse a menos de 100 metros durante quince años.

El hombre abusó sexualmente de su hija repetidas veces cuando esta era una adolescente, llegando incluso a dejarla embarazada. Las agresiones comenzaron cuando la menor tenía 13 años y se alargaron hasta que se produjo el embarazo, cuando ya había cumplido 15. La menor se sometió a un aborto mintiéndole a su madre acerca de quién era el padre del feto.

Los abusos comenzaron durante unas vacaciones en las que el hombre aprovechó estar solo con su hija para acostarla en la cama, desnudarla y penetrarla sin su consentimiento. Después de eso, impuso una norma de que cada vez que la niña quisiese salir tenía que pasar primero por su habitación, donde la violaba. También la chantajeaba y usaba la fuerza cuando la menor le pedía que parase porque le daba asco, según informa La Verdad de Murcia.

El acusado reconoció todos los hechos en juicio con la esperanza de que se le aplicase una atenuación de condena por ello, pero el tribunal lo rechazó y le impuso la máxima condena para estos casos contemplada en el Código Penal.