Un gemelo digital de la Tierra ayudará a los humanos a salvarse de los episodios extremos que traerá el cambio climático

  • En Destination Earth está trabajando la “excelencia científica e industrial europea”.
  • “Hace 25 años esto era ciencia ficción”, indica Jesús Montero, directivo de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Gif de la NASA sobre el gemelo de la Tierra
Representación de la Tierra
NASA
Gif de la NASA sobre el gemelo de la Tierra

¿Es posible crear un gemelo digital de la Tierra que reproduzca y prediga lo que sucederá en ella? ¿Que mida con una increíble precisión cómo los humanos la estamos transformando? La Unión Europea ya lo está desarrollando. Lo ha bautizado Destination Earth (DestinE). En unos pocos años ofrecerá a la humanidad la posibilidad de adelantarse con muchísimo detalle a los fenómenos climáticos extremos que están por llegar.

La creación de DestinE está en manos de la “excelencia científica e industrial europea”, según indica un portavoz de la Comisión Europea a este medio. Tendrá cuatro cometidos muy concretos: además del ya mencionado de anticiparse a las catástrofes naturales y humanas, también servirá para vigilar continuamente la salud del planeta, comprender mejor los efectos socioeconómicos del cambio climático y guiar a los gobiernos en la elaboración de políticas medioambientales.

Para dar vida al proyecto la Unión ha invertido 8.000 millones de euros en los llamados superordenadores, máquinas tan potentes que en algunos casos serán capaces de procesar 1,5 · 10 elevado a 17 cálculos por segundo. A quienes no estén familiarizados con la notación científica, quizá les resulte más claro verlo así: estas máquinas pueden ejecutar 150.000.000.000.000.000 de cálculos en un mísero segundo, una cantidad que supera los límites de la imaginación. Uno de esos monstruos tecnológicos se ubicará en España.

“Hace unos años no teníamos la tecnología para manipular la ingente cantidad de datos de los sensores"

Antes de que existieran los ordenadores, los meteorólogos tenían que coger papel y boli y ponerse a resolver ecuaciones para predecir el tiempo. Si alguien les hubiera dicho que en unas pocas décadas sus sucesores estarían creando este gemelo digital de la Tierra, les hubiera parecido imposible. Aunque no hace falta irse tan lejos. “Hace 25 años esto era ciencia ficción”, indica Jesús Manuel Montero Garrido, director de Producción e Infraestructuras de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

La Aemet participa indirectamente en el proyecto al ser miembro del Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo y la Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos (EUMETSAT), con los que está contando la Comisión para desarrollar DestinE. También están involucrados otros organismos como la Agencia Europea del Espacio (ESA) .

Montero explica que “hasta hace unos años no teníamos las tecnologías para manipular la ingente cantidad de datos que generan los sensores que tenemos ahora en todos los sitios”. Esos sensores son los satélites, boyas, aviones, estaciones meteorológicas, etc. que hay repartidos por el planeta y que se dedican a traducir al lenguaje numérico todos los datos que recogen de la naturaleza. DestinE tendrá la capacidad de recopilar esa enorme cantidad de números y organizarlos, ver cómo están interrelacionados, interpretarlos y representarlos para hacerlos entendibles para los humanos. Todo eso será posible gracias a los avances tecnológicos no solo en superordenadores, sino en inteligencia artificial, cloud computing y big data.

Una vez resuelto el problema de contar con un soporte que maneje y procese esas cantidades de datos, Jesús Montero destaca dos novedades que aportará DestinE: por un lado, ofrecerá una resolución “sin parangón” del sistema climático, y por otro, vigilará como nunca antes se había hecho el impacto de la actividad humana en el medioambiente.

Resolución: de una rejilla global de 9 km a otra de 1 km

Sobre la cuestión de la resolución, Montero compara las escalas a las que se estudia actualmente la Tierra con las que se empezará a hacerlo con Destination Earth. “Imagínate una rejilla enorme dividida en cuadrados que abarca todo lo que es la Tierra”, explica como punto de partida. Esas rejillas, ahora mismo, en los modelos operativos globales (cubren todo el planeta) miden en torno a 9 kilómetros, aunque hay modelos operativos locales (cubren un dominio espacial limitado), como el utilizado en Aemet, en los que la resolución es superior. Con Destination Earth, la resolución se reducirá a 1 kilómetro a nivel global. Con esa resolución se podrán predecir casi a ciencia cierta desde fenómenos tan inocentes como nubes, pasando por la convección, los remolinos, hasta las sequías, inundaciones o violentos temporales que arrasan con todo a su paso. “Si vamos a conocer con una precisión mucho mejor que la de ahora cuál va a ser la evolución climática en los próximos años, eso nos podrá servir en la planificación del urbanismo, de recursos hídricos y la mejora indudable en los procesos de prevención y reducción de los riesgos de desastres”, asegura.

Biosfera: más atención al impacto humano en la naturaleza

Respecto a la segunda novedad -la que consiste en medir el impacto del hombre en la naturaleza-, antes de nada conviene conocer cuáles son los cinco componentes que forman el sistema climático: la atmósfera, que es la parte gaseosa; la hidrosfera, que es el agua líquida; la criosfera, que es el agua sólida; la litosfera, que es el suelo; y la biosfera, que es el conjunto de los seres vivos.

“El componente biosfera hasta ahora se había tratado muy parcialmente, y ahora, debido a los cambios tecnológicos, sí se pueden llevar a cabo modelizaciones de procesos a muy pequeña escala, como la emisión de CO2, el contenido de microplásticos en el mar, el diferente uso de los suelos... DestinE trata de crear un modelo que simule completamente todo el sistema terrestre, es decir, todos los componentes”.

El neerlandés Paul J. Crutzen, ganador del Premio Nobel de Química en 1995 por sus investigaciones sobre la descomposición del ozono en la atmósfera, fue quien popularizó el término Antropoceno para describir cómo las actividades humanas están provocando cambios biológicos y geofísicos en todo el planeta. Por eso, no incluir a la biosfera en estas predicciones sería, a estas alturas, contraproducente.

DestinE “ha surgido, fundamentalmente, porque Europa se quedaba un poquito atrás en este tema. No solamente como apoyo a las políticas medioambientales o a la adaptación al cambio climático, sino para no quedarnos atrás respecto de lo que están haciendo China, Japón o Estados Unidos con experiencias muy similares”, concluye Montero.

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