El agua es uno de los elementos fundamentales para cualquier planta, tanto de interior como de exterior. Sin embargo, las lluvias torrenciales que tienen lugar durante la época de otoño o las bajas temperaturas y fuertes heladas que se dan en invierno, pueden arruinar el estado de las plantas de exterior.
Un buen drenaje también es fundamental para que no se acumule o se estanque el agua y se pudran las raíces de la planta, lo que afecta a su aspecto y buena salud. Es por ello, que conviene tomar medidas y proteger las especies del jardín.
Además, cada planta tiene unas necesidades respecto a la cantidad de agua y humedad, unas cantidades que pueden variar durante las diferentes épocas del año. Normalmente, el riego debe ser más regular y frecuente durante los meses estivales, mientras que se debe reducir la dosis durante el otoño o invierno.
¿Cómo proteger el jardín de las fuertes lluvias?
Además de este consejo referido a la reducción del riego, hay que tener en cuenta que el agua excesivo de la lluvia se puede acumular en el jardín si no existe un buen sistema de drenado, por lo que es aconsejable proteger el jardín ante las fuertes o constantes lluvias.
El primer consejo es colocar las plantas sobre bancales elevados o pequeños montículos, de tal forma que las plantas no queden en zonas hundidas del suelo del jardín, lo que propicia la acumulación del agua alrededor de ellas.
También se puede optar por tapar aquellas especies más delicadas o poco resistentes al temporal, así como para las flores. Para ello, solamente es necesario una lona o un plástico suficientemente grande. Es fundamental colocarlo de tal modo que quede en pico, para que el agua no se estanque en la superficie del plástico. Además, el agua de la superficie debe caer lejos de las plantas para que este método sea efectivo. Se pueden usar alambres o palos para sujetar la lona.
También se pueden usar paraguas específicos para plantas que se pueden adquirir en el mercado y que cumplen la misma función, es decir, evitar que el agua caiga sobre las plantas más delicadas.
Para proteger de la inundación a las plantas, se puede colocar sobre el suelo corteza de pino para mejorar el drenaje. La gravilla es otro de los materiales más conocidos para esta finalidad, ya que absorben el exceso de humedad.
Por otro lado, ante las inclemencias del tiempo, se pueden usar soportes, que pueden ser palos de madera colocados al lado de cada planta y atados a las mismas, con cuidado de no dañar su estructura. De este modo, los fuertes vientos o las lluvias torrenciales no harán que las plantas se doblen o se dañen.
Por último, llegado los meses de mayor frío, además de las lluvias preocupan las heladas. Estas pueden echar a perder por completo los diferentes tipos de plantas en el jardín, incluso las especies más resistentes. Por ello, se pueden adquirir fundas para proteger las plantas durante los días de mayor frío.
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