Beatriz Luengo se sincera sobre el 'bullying' que sufrió: "Creía que la culpa era mía, por mi físico"

Beatriz Luengo.
La cantante Beatriz Luengo.
GTRES
Beatriz Luengo.

En algún momento habrá que parar de decir esa falacia de que el bullying o acoso escolar te ayuda a superarte o hacerte fuerte o cualquier cosa que evite decir que puede provocar secuelas muy graves, traumas de por vida o pesadillas recurrentes. Beatriz Luengo, desde luego, sabe de lo que habla cuando se sincera sobre el tema.

La cantante madrileña de 37 años (cumplirá 38 a finales de diciembre) ha sido invitada por videollamada a ¿Quién educa a quién?, el nuevo programa de TVE que, tras cada capítulo, en el que abordan diversas cuestiones sobre la juventud dentro de los centros educativos, recopilan testimonios de gente real para dar un marco a esa realidad violenta y tóxica que muchos adolescentes viven en su día a día.

El espacio de esta semana se ha dedicado, claro, al acoso juvenil y Beatriz Luengo ha querido relatar cómo fueron para ella todos esos meses en los que pasó de ser el centro de atención a víctima de bullying. Y todo porque salía por televisión.

La intérprete de UPA Dance y protagonista de Un Paso Adelante empezó muy joven en un programa de la televisión pública como bailarina de circo. Esto hizo que inmediatamente todos sus compañeros y hasta profesores se interesaran en cómo era la experiencia y le preguntasen activamente por las horas en el plató de rodaje.

Pero en aquella época la visibilidad artística de alguien joven, lejos de la actualidad (con tantas vías, desde Youtube o TikTok hasta shows como La Voz Kids o Idols Kids), podía llegar a ser motivos de envidias y, peor, de bullying. "Unas chicas de un curso superior empezaron a meterse conmigo por eso".

Luengo no tiene reparos en detallar que, como siempre ha sido "una chica velluda", gran parte de los insultos iban dirigidos a dañar su autoestima en este sentido. "Cuando era pequeña creía que la culpa era mía, por mi físico. Con el tiempo entendí que esta situación se dio porque empecé a trabajar en televisión y empecé a suponer alguien especial para ellos", ha dicho.

La artista ha confesado que este acoso, en el que hubo días que la encerraron en el baño o le proferían insultos como "niña mono" (algo que ya narró en Zapeando hace unos meses), duró dos cursos y que su padre tenía que salir antes de su trabajo para esperar a su hija desde la verja, observando que no ocurriese nada.

Beatriz, que no ha entrado en si el centro educativo hizo o no todo lo posible por ayudarla, sí se sintió arropada por su familia, que llegó a cambiarla de colegio, aunque las inseguridades que habían arraigado en ella hacían que cuando conociese a alguien nuevo se tapase el rostro inmediatamente por temor a su opinión.

Asegura que trabajó mucho y desde muy joven en superar estas dudas sobre su físico ("He tenido que trabajar mi recuperación de manera adulta y consciente", revela) y se enfrentó a sus acosadoras con ayuda de su abuela. "En un mercadillo mi abuela me compró una camiseta que ponía 'Mowgli, el niño mono'. (...) me obligó a ser valiente, llevarla y cuando me dijeran 'niña mono' yo les respondiera 'sí, pero yo tengo una camiseta y vosotras no' y lo hice en un parque con el corazón a mil", ha contado a modo de anécdota.

La que fuera concursante de Tu Cara Me Suena ha llegado a escribir un libro en el que reflexiona sobre el bullying y en el que asegura que el mundo se divide entre quienes confían en sus posibilidades y quienes buscan triunfar "a base de poner de rodillas al resto para así quedar por encima: siempre van a por las personas más especiales, las que más amenazan su superioridad".

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