Cómo cultivar la lechuga en casa, paso a paso

Producto imprescindible en ensaladas que también sufre un incremento considerable. De los 0,22 euros por kilo a bordear casi el euro, 0,97 céntimos.
Lechuga. 
Pixabay/Pexels
Producto imprescindible en ensaladas que también sufre un incremento considerable. De los 0,22 euros por kilo a bordear casi el euro, 0,97 céntimos.

Uno de los productos imprescindibles a la hora de elaborar ensaladas es, sin duda, la lechuga, una hortaliza que puede ser de múltiples variedades y que se puede combinar con ingredientes de cualquier tipo y para todos los gustos. 

La lechuga se puede cultivar de forma sencilla en casa, siguiendo para ello una serie de pasos, ya que es una de las hortalizas que mejor se adapta a los diferentes espacios y climas. 

En primer lugar, hay que tener en cuenta que las lechugas necesitan una muy buena luminosidad y un suelo rico en nutrientes, además de un buen sistema de drenaje para que no se acumule el agua, tal y como indican desde la web especializada Vía Orgánica

El cultivo de la lechuga se puede llevar a cabo de forma directa, utilizando contenedores de cultivo o macetas de una profundidad mínima de 30 cm. Después, basta con trazar surcos de 1-2 cm de profundidad a lo largo del contenedor, con una separación entre surcos de 8-10 cm. 

Después de esta preparación, ya se pueden introducir las semillas y, posteriormente, cubrirlas con el sustrato de cultivo. Por último, hay que regar el sustrato. 

La siembra se puede hacer también mediante trasplante, es decir, introduciendo las semillas en el sustrato y, una vez que hayan empezado a crecer, a los 5 días, estarán listas para ser trasplantadas. 

Antes del transplante, ya que hay que tener listo el espacio donde se van a colocar. La distancia entre plantas debe ser de unos 15-25 cm, dependiendo de la variedad. Una vez sacadas las plantas del semillero, hay que prestar especial atención a las raíces para no dañarlas. 

Además, el lugar donde se trasplantan debe ser suficientemente profundo como para que las raíces no se queden comprimidas en el espacio y, también, para cuando se coloquen en el sustrato cubra hasta el inicio de las primeras hojas.

Una vez cultivadas, los cuidados son sencillos. Basta con mantener la humedad en el sustrato, pero sin que quede encharcado. La humedad es importante porque, en un día de calor pueden secarse y, cuando eso pasa, es difícil que vuelvan a recuperar su aspecto sano y fuerte.

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