El pasado 22 de septiembre, el alcalde y la vicealcaldesa de la capital reunieron a los trabajadores de Samur Social para dar un giro en sus tareas. "Nos pidieron salir a la calle para resolver las dudas que tenían los madrileños", relata el director de Samur Social, Darío Perez, en la carpa de Villa de Vallecas, una de las seis instaladas por la ciudad.

Claves sobre la campaña de la gripe que comienza en plena pandemia de la Covid-19

Entonces solo unos pocos barrios estaban bajo las nuevas restricciones de movilidad dictadas por la Comunidad. "Los primeros días fueron horribles, venía muchísima gente a preguntarnos por la movilidad: a qué calles podían ir, cuáles estaban confinadas y cuáles no...", cuenta Ana, una voluntaria que a las 14.00 horas de ayer ayudaba a desmontar la carpa para trasladarla a otro punto.

Una semana después, la situación en la Comunidad había cambiado. Las restricciones de movilidad se extendían al resto de municipios, por lo que los madrileños ya no se acercaban a preguntar dónde podían ir y dónde no. "Esta mañana (ayer) habremos recibido a unos 40 vecinos interesados por la campaña de la gripe y las pruebas de Covid: ¿Dónde se hacen las PCR, cuándo...", apunta Ana. Su compañero de Voluntarios por Madrid asiente, aunque en su caso sí ha tenido que atender alguna otra duda de movilidad. Ambos creen que la labor emprendida por el área de Familias, Igualdad y Bienestar Social es "útil", pero que "habría que buscar nuevos puntos estratégicos para llegar al resto de madrileños", dice esta voluntaria de 52 años.

El área dirigida por Pepe Aniorte defiende su criterio a la hora de seleccionar las ubicaciones, que van rotando cada día, pero en su mayoría están situadas al sur de la capital. "Las carpas se ubican en los barrios con una situación sanitaria más compleja, independientemente de que ahora el confinamiento sea en toda la ciudad", apunta el delegado a este diario.

Su objetivo es dar una respuesta social en calle, es decir, "conseguir que los servicios sociales estén proactivos", explica. Darío Pérez da testimonio de ello: "Informar baja la ansiedad y la incertidumbre". Un segundo eje de la nueva estrategia de los servicios sociales es la detección, también a pie de calle, de nuevas situaciones de vulnerabilidad. "Hemos tenido gente de calle que se ha acercado para pedirnos que acudamos a sus casas, bien por problemas de desahucios, impagos, o falta de alimentación; otros nos dan los datos de familias vulnerables, y nosotros nos acercamos", cuenta el director de Samur Social, quien incide en que su trabajo está en hacer de "puente con la atención primaria". 

Eso sí, tal y como apunta el delegado, los servicios sociales no vigilan el cumplimiento de las restricciones ni hacen seguimiento de ellas: "Si hay una familia que tiene un problema de alimentación, se le hace un acompañamiento social. Pero no vigilamos si continúa con su cuarentena".

El tercer eje de la campaña social en esta segunda ola de pandemia es un refuerzo de la atención a personas mayores. El impulso tiene un doble foco: localizar a personas mayores que viven solas y no cuentan con un servicio de atención y por otro, la puesta en marcha de una campaña orientada a los usuarios de las zonas restringidas para informarles de su situación e informales de los servicios municipales sanitarios y sociales a su disposición .

Por ahora, el Ayuntamiento de Madrid mantendrá estas carpas dos semanas más para seguir acercándose a la población. Una población "general" pues, según incide Pérez, ya no solo son personas sinhogar.