La biomasa es un de las alternativas más sostenibles como fuente de energía al no provocar gases de efecto invernadero y no ser de origen fósil, como sucede con otros tipos de energías convencionales. Así, en mitad de la crisis climática en la que nos encontramos, la biomasa se presenta como una de las soluciones más efectivas.
La energía proviene de la materia orgánica que puede ser de origen vegetal o animal y la combustión de este tipo de combustible "tiene un saldo cero de dióxido de carbono, pues el que emite al quemarlos se compensa con el que ha absorbido el árbol del que proceden", destaca la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
En este sentido, la biomasa sólida se quema directamente para producir calor y, para ello, se utilizan subproductos como combustibles procedentes de la madera y residuos naturales como huesos de aceituna o cáscaras de frutos secos. Según la OCU, la biomasa se puede convertir en biogás o en biocombustibles líquidos como el etanol o el biodiesel:
¿Cuáles son sus principales ventajas?
Además de ser sostenible y limpia, la organización ha elaborado una lista con las ventajas que presenta la biomasa frente a otro tipo de fuentes de energía:
- Es una energía más económica y cuyo coste de producción es más reducido.
- Sirve para limpiar zonas rurales y para reutilizar los residuos generados.
- Se trata de una fuente de energía renovable y con un impacto medioambiental reducido.
- Su uso reduce la producción de combustibles fósiles, así como la dependencia energética, el reciclaje y la eliminación de residuos.
¿Cuáles son las formas de biomasa que existen?
Existen diferentes tipos de biomasa teniendo en cuenta su origen. Tal y como indica la OCU, podemos distinguir entre biomasa residual y natural. La primera es la que procede de los residuos generados por el ser humano como estiércol o paja, mientras que la segunda procede de bosques, plantas o árboles. Estas son las diferentes formas de biomasa clasificadas por la organización:
- Madera y desechos de procesamiento de madera.
- Cultivos agrícolas y materiales de desecho.
- Alimentos y desechos de madera en la basura.
- Estiércol animal y aguas residuales humanas.
Respecto al combustible utilizado para generar biomasa, se pueden utilizar residuos como los pellets, pequeños cilindros de madera (serrín) "que provienen de la limpieza de bosques y de la industria maderera", añade la organización. Una de sus ventajas es que su composición es bastante constante y son altamente eficaces. No obstante, su precio es más elevado que el combustible de otras biomasas. Otra alternativa muy utilizada son los huesos de aceituna. Es un combustible muy económico y eficiente, aunque generan una mayor cantidad de ceniza.
Calderas o estufas: ¿cuál es la mejor opción?
En el mercado podemos encontrar calderas y estufas de biomasa pero, ¿cuáles son las principales diferencias? ¿Cuál es mejor según la necesidad de calefacción? Por un lado, las calderas pueden instalarse en viviendas y en comunidades enteras de vecinos, "ya que se pueden encontrar desde 20 kW hasta más de 1 MW".
Las estufas de biomasa, por su parte, son similares a las tradicionales de leña pero "queman combustibles fabricados con residuos naturales". Los precios de una estufa de pellets pueden situarse entre los 1.500 y 2.500 euros. La instalación, además, tiene un coste aproximado de 400 euros.
No obstante, este tipo de estufas pueden ser insuficientes para mantener el calor en toda la vivienda. "Una solución sería emplear una caldera con radiadores, pero si la casa no tiene esa instalación puede resultar muy costoso". Para una casa de 90 a 120m2 habría que instalar una caldera de 15kW y el precio rondaría los 4.000 euros, como mínimo.
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