En un desayuno informativo para hacer un balance de su primer año de Legislatura, sí ha reconocido que hubo "tensión, miedo e incertidumbre" en las primeras semanas de la pandemia, como en cualquier empresa o familia, pero sostiene que se encuentran con las mismas "fuerzas y ganas" que el primer día para buscar soluciones a la crisis económica y social.

En esa línea, ha valorado lo distintas que hubieran sido las decisiones tomadas en las islas "con otro Gobierno", subrayando también lo logros alcanzados en la relación con el Gobierno central, a quien se ha tendido la mano "con firmeza" para defender los intereses de Canarias.

Ha relatado los contactos continuos con ministros del Ejecutivo central y puesto sobre la mesa, por ejemplo, el acuerdo para usar el superávit o la incorporación de los 500 millones de obras carreteras no ejecutadas al actual convenio.

"Igual es mejor decir que nos maltratan, es más rentable", ha señalado, si bien ha reconocido que se ha conseguido más "negociando que gritando".

Además, ha dicho que "en el momento más difícil" de las últimas tres generaciones, no debe haber "inestabilidad política", como ha sucedido en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, en cuya moción de censura también ha habido un problema de "credibilidad" desde Coalición Canaria (CC), al defender públicamente que no la había y después se presentó "ante notario".

Torres ha comentado que la censura es una herramienta "legítima" y la historia política de Canarias está acostumbrada a estos "movimientos sísmicos", pero sostiene que tras el "magnífico" trabajado de la alcaldesa, Patricia Hernández, no tocaba esa operación en este momento. "Ahora estamos en la reconstrucción y la guerra no ha terminado", ha destacado en referencia a la crisis del coronavirus.