"Nosotros lo hemos dado todo. Ahora las administraciones tienen que tomar nota para cuando esto vuelva a ocurrir"

  • Desde la primera línea de la crisis, Diego y Leticia piden medidas como la especialidad en Urgencias y Emergencias.
  • Ambos son enfermeros de la Asistencia Médica del Servicio de Bomberos del Ayuntamiento de Zaragoza.
Diego Borraz y Leticia Serrano, enfermeros de la Asistencia Médica del Servicio de Bomberos de Zaragoza.
Diego Borraz y Leticia Serrano, enfermeros de la Asistencia Médica del Servicio de Bomberos de Zaragoza.
Guillermo Mestre / HA
Diego Borraz y Leticia Serrano, enfermeros de la Asistencia Médica del Servicio de Bomberos de Zaragoza.

"Nosotros lo hemos dado todo. Ahora le toca a las Administraciones tomar nota y adoptar medidas para cuando esto vuelva a ocurrir, porque va a volver a ocurrir, si no es con la Covid será con otra cosa". Diego Borraz es enfermero y trabaja en la Asistencia Médica del Servicio de Bomberos del Ayuntamiento de Zaragoza. Desde ese puesto es uno de los sanitarios que ha estado en primera línea de la pandemia por coronavirus y ha sido testigo directo de la magnitud de la tragedia. Tanto él como su compañera Leticia Serrano hacen un llamamiento para aprender de lo sucedido, a las autoridades, pero también a los ciudadanos.

"Cuando veo a gente que no toma precauciones me enfado. Esa gente no sabe lo que es en realidad la Covid-19. Se le ha perdido el miedo", alerta ella. "Hay quien actúa como si no hubiera pasado nada. Me daría mucha rabia que dentro de tres meses esto se hubiera olvidado y volviéramos a caer en los mismos errores", coincide él.

Ambos son parte de un equipo de doce médicos y otros tantos enfermeros que, junto a bomberos con titulación de Técnico en Emergencias Sanitarias auxilian a la población con dos UVI móviles en urgencias médicas y traumáticas. Les cuesta calcular el número de asistencias que han realizado en los últimos meses y cuántas han sido positivos por el nuevo virus aunque sí pueden confirmar un aumento de la carga de trabajo "de golpe".

"Hemos diferenciado tres fases: una inicial en la que hubo mucha sintomatología Covid y en la que también nos entraron muchas urgencias de apertura de puerta, llamadas de vecinos o familiares que no podían localizar a los suyos. En una fase intermedia bajó la prevalencia del coronavirus y subieron estrepitosamente las urgencias psiquiátricas por la angustia a causa del aislamiento, la incertidumbre... y por los problemas de la convivencia continuada. Ahora estamos volviendo a la normalidad, con más accidentes de tráfico, incendios...", señala la enfermera.

Más allá del volumen lo más difícil han sido las circunstancias que han marcado esta crisis. "Nos costó hacernos a la idea de que cualquier persona podía estar contagiada. Independientemente del tipo de aviso inicial tenías que tomar todas las precauciones. Tener que estar alerta en cada momento, ir bien protegido, todas las técnicas que había que realizar... te agotaba mentalmente", explica Diego. 

En una fase intermedia bajó la prevalencia de la Covid y subieron estrepitosamente las urgencias psiquiátricas

"Antes había avisos que te afectaban más de lo normal, por ejemplo si la víctima era un niño, pero ahora todo ha sido más duro de llevar. También porque el paciente iba solo. Tenía que despedirse de sus familiares en el domicilio y a partir de que se cerraba la puerta tú eras su único apoyo. Una vez que lo dejabas en el hospital no sabías si volvería a casa y eso te va minando el alma", añade Leticia.

A todas esas preocupaciones se sumaba la inquietud por la familia, una pareja y unos hijos a los que había que proteger de posibles infecciones. Ducharse en el parque, lavar la ropa allí, no dejar la mochila en cualquier lugar de la vivienda... se convirtieron en prácticas habituales en unos momentos en los que les ha resultado esencial el apoyo por parte de la ciudadanía y el que se han dado entre los compañeros. Porque pese a determinados actos incívicos, "esto ha sacado el lado más humano de gran parte de las personas".

Cuarenta pruebas negativas

  • "En el Servicio de Bomberos las cosas se han hecho bien. Se tomaron medidas desde el principio, incluso anticipando el protocolo a lo que podía venir: evitar que los turnos coincidieran, prohibir los cambios, extremar la desinfección...", expone Diego, profesional de una Asistencia Médica en la que nadie ha enfermado y de las 40 pruebas de Covid realizadas todas han sido negativas. "Y en el Cuerpo de Bomberos la incidencia ha sido muy baja comparada con otros servicios esenciales", interviene Leticia. La tensión tiende a reducirse pero saben que aún no pueden bajar la guardia.

Estos trabajadores se saben además afortunados por no haber sufrido la carencia de equipos de protección individual que han padecido los hospitales: "Teníamos stock de material y planes alternativos. Tampoco hemos tenido carencia de formación. En Bomberos nos entrenamos para incidentes nucleares, radiológicos, biológicos y químicos y, aunque nunca se ha vivido una situación así, esta no ha dejado de ser una amenaza biológica para la que más o menos estamos entrenados".

"Ese entrenamiento y esa formación deben formar parte de las necesarias especialidades de Urgencias y Emergencias. Así aseguraríamos la calidad en la asistencia a los pacientes y la continuidad del tratamiento y los cuidados, al incluir tanto al personal de emergencias extrahospitalarias como al de las urgencias hospitalarias. Para situaciones como la que hemos vivido necesitamos tener al personal mejor formado para que les haga frente", defienden. 

La creación de esas especialidades MIR tiene divididas a las diferentes sociedades médicas, pero el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha anunciado su reconocimiento antes de que finalice el año. Diego y Leticia se posicionan entre quienes se muestran a favor e incluso abogan por que la medida se adopte igualmente en Enfermería: "Formamos un equipo. Que uno de sus profesionales no está especializado conlleva una merma de la calidad".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento