Rodeado de Argentina y Brasil, dos enormes países con altísimos índices de afectados por el coronavirus, Uruguay en cambio se mantiene como uno de los países latinoamericanos donde la pandemia ha golpeado con menos intensidad. El dato sorprende aún más si tenemos en cuenta que no se ha impuesto ningún confinamiento forzoso. Pero, ¿cómo lo ha conseguido?

Cuenta la BBC en un reportaje que Uruguay, hasta el pasado jueves, contaba con 811 casos y 22 muertos, una tasa de muertes por 100.000 habitantes del 0,6, cuando Brasil tenía un 12,2; Chile un 4,5 y Argentina un 1,1.

Gracias a sus datos, Uruguay está empezando a reanudar las clases, desde abril funciona la construcción y este mes reabrió el comercio y las oficinas públicas. Y además, amigos y familias ya se reúnen.

Estos logros se han conseguido así: cuando surgieron los primeros casos, Uruguay cerró fronteras, suspendió vuelos, clases, eventos religiosos, partidos de fútbol y conciertos, pero no decretaron confinamiento obligatorio. En cambio, apelaron a la responsabilidad ciudadana y se estima que más del 90% de los uruguayos decidieron quedarse en casa. El 84% había suspendido las visitas a familiares y todavía ahora, un 63% sigue sin visitar a nadie.

Al mismo tiempo, el país creó el llamado Fondo Coronavirus, financiado con un recorte del 20% del salario del presidente, los ministros, los legisladores y altos funcionarios públicos que cobraran más de 1.800 dólares al mes. El país pidió préstamos a entidades como el Banco Interamericano de Desarrollo y a la Corporación Andina de Fomento. Con este dinero han reactivado el empleo y la economía, y han fortalecido el sistema de salud.

Uruguay cuenta con ventajas como que casi el 100% de la población tiene acceso al agua potable, el sistema sanitario es público y universal y se creó un sistema de visitas médicas para que los casos sospechosos de Covid-19 no acudieran a centros hospitalarios. Hasta ahora llevan 41.000 pruebas, que en proporción es el triple que países como Argentina, Brasil o Paraguay.

Otro factor clave ha sido la baja densidad de población del país, sin grandes ciudades.