El concurso de cocina MasterChef Australia se emite en el país cercano a nuestras antípodas casi a la vez que la edición española. Sin embargo allí han llegado ya al punto en el que el programa ha comenzado a grabar y emitir episodios marcados por las medidas de distanciamiento físico impuestas por la lucha contra el contagio por coronavirus. 

Así lo anunciaba el chef Jock Zonfrillo, miembro del jurado de MasterChef Australia: "Todos los episodios de aquí en adelante han sido grabado bajo las restricciones por el coronavirus, así que lo veréis un poco diferente, pero creedme, la comida es igual de fantástica y la competición igual de fiera", avanzaba. 

En lo que se ha podido ver ya los concursantes y el jurado guardan siempre las distancias de seguridad entre sí, cuando escuchan el planteamiento de una prueba, por ejemplo, o durante las competiciones o valoraciones. 

"Mucho ha cambiado todo en los últimos días debido al coronavirus. Ninguno de nosotros había experimentado algo así antes. Pero estamos todos juntos en esto", dijo Zonfrillo a los concursantes, antes de recordarles las medidas de distanciamiento físico que debían mantener. 

"Habréis notado que estamos un poco más separados. Esa es la primera regla nueva. Debéis manteneros a una distancia segura el uno del otro en todo momento", les indicó. 

En una de las pruebas, que normalmente se habría hecho en pareja, se llevó a cabo el cocinado por relevos, de forma que los concursantes no estaban juntos nunca. Además, a la hora de ir al supermecado a por ingredientes debían hacerlo con guantes y lavarse las manos con gel hidroalcohólico siempre al volver a las cocinas. 

A MasterChef Australia aún no han llegado las rencillas entre concursantes y éstos aún tienen la inocencia de ayudarse entre ellos y de celebrar juntos las victorias, por lo que más se ha echado de menos, según los telespectadores, han sido las muestras físicas de afecto, como abrazos o besos. 

Pero los concursantes las han sustituido por una especie de abrazos a distancia, con los que se felicitan y con muestras de alegría individuales de todo tipo. 

Los tres miembros del jurado también guardan la distancia. Ahora dividen la comida de las catas y valoraciones en platos separados, turnándose para adelantarse y probarlos, mientras los otros dos les miran en la distancia. Antes, como ocurre en España, los tres jurados comían del mismo plato y tan juntos como debieran para coger con sus cucharas. 

Aún está por ver cómo se resuelven cuestiones como las pruebas grupales, en las que habitualmente los concursantes cocinan codo con codo en estrechos espacios e interrelacionándose físicamente muy de cerca.