Los ciclos glaciares propiciaron un edén prehistórico en Sudáfrica

Ilustración de la Llanura de Palaeo-Agulhas.
Ilustración de la Llanura de Palaeo-Agulhas.
EUROPA PRESS / University of Colorado Denver
Ilustración de la Llanura de Palaeo-Agulhas.

Hogar de algunas de las pruebas más ricas del comportamiento y la cultura de los primeros humanos claramente modernos, la llamada Llanura de Palaeo-Agulhas (PAP) -plataforma hoy sumergida- formó una vez su propio ecosistema emergido privilegiado, durante el Pleistoceno.

Un nuevo estudio, publicado en 'Quaternary Science Reviews', desvela los patrones migratorios de antílopes en Pinnacle Point. Este yacimiento, que se encuentra en la costa moderna de Sudáfrica, ofrece materiales arqueológicos de humanos que vivían y cazaban allí hace 170.000 años. La conclusión es que el ecosistema se caracterizaba por la gran disponibilidad de recursos.

"Durante los ciclos glaciales, la plataforma costera quedó expuesta", dice el coautor Jamie Hodgkins, profesor asociado en la Universidad de Colorado, en Denver. "Habría habido una gran cantidad de tierra firme frente a los sitios de la cueva. Pensamos que era probable que los humanos y los carnívoros estuvieran cazando animales mientras migraban hacia el este y el oeste por la plataforma expuesta", explica.

Estudio de isótopos de carbono y oxígeno del esmalte

Para entender esos patrones migratorios, Hodgkins y su equipo estudiaron los isótopos de carbono y oxígeno dentro del esmalte dental de muchos herbívoros grandes, incluido Redunca, o reedbuck, un antílope no migratorio. Este material permite rastrear los niveles cambiantes de carbono de las plantas que come un animal a medida que crecen sus dientes.

En general, los ambientes más húmedos y fríos albergan un tipo de plantas, mientras que aquellos más cálidos y secos presentan otro. A los animales les gusta la vegetación exuberante, lo que significa que tienden a seguir los patrones de lluvia: en este caso, se desplazarían al este en verano y al oeste en invierno. Si los animales estuvieran migrando entre ambas zonas, su esmalte dental registraría esa rotación anual.

Sin embargo, cuando Hodgkins y su equipo utilizaron el reedbuck no migratorio como su animal de control, descubrieron que el esmalte de otros animales similares típicamente migratorios, como el ñu, el hartebeest y el springbok, no mostraban estos desplazamientos. La mayoría de los animales parecían felices justo donde estaban.

"Una excelente ubicación"

"No estaban luchando en Pinnacle Point", dice Hodgkins. "Ahora sabemos que los poderosos sistemas fluviales abastecían la costa expandida, por lo que los animales no tenían que ser migratorios. Era una excelente ubicación en cuanto a recursos. Durante los interglaciares, cuando la costa se acercó a las cuevas, los humanos tenían mariscos y otros recursos marinos, y cuando esta se expandió en la época glacial, los cazadores tenían acceso a un ambiente rico y terrestre. No tendrían que ser tan móviles con estos herbívoros deambulando", añade.

Los hallazgos del equipo de Hodgkins sobre este edén prehistórico se hicieron eco de otro descubrimiento reciente. Hace setenta y cuatro mil años, una de las mayores erupciones conocidas de la Tierra en el Monte Toba, en Sumatra (Indonesia), creó un invierno global, lo que causó choques de población. En 2018, los investigadores del grupo de Marean descubrieron que los humanos en Pinnacle Point no solo sobrevivieron, sino que prosperaron en el refugio.

Hodgkins afirma que este es solo un primer intento de utilizar datos isotópicos para probar la hipótesis de los patrones de migración hacia el este y el oeste en estos sitios y se realizarán más investigaciones. "Es muy posible que los patrones de migración animal cambien a medida que la costa entra y sale durante los ciclos glaciales e interglaciales", dijo Hodgkins.

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