La fábrica de carne de cerdo que se convirtió en el mayor foco de coronavirus en Estados Unidos

Planta cárnica de Smithfield, en Sioux Falls, Dakota del Sur (EE UU).
Planta cárnica de Smithfield, en Sioux Falls, Dakota del Sur (EE UU).
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Planta cárnica de Smithfield, en Sioux Falls, Dakota del Sur (EE UU).

No en Nueva York, epicentro del coronavirus en Estados Unidos, ni en cualquiera de las otras grandes ciudades norteamericanas. El principal foco de Covid-19 en el país liderado por Donald Trump está en una planta de procesado de carne en Sioux Falls, Dakota del Sur.

La planta de Smithfield, ahora cerrada, es el origen de unos 900 casos de coronavirus, 761 de trabajadores y 143 de su entorno. Pero la cifra puede ser peor. Según Univisión, el brote se está transmitiendo a otras fábricas de envasado de carne en 10 estados distintos, lo que pone en peligro la distribución en el país.

Al menos dos empleados han muerto. Uno de ellos es el salvadoreño Agustín Rodríguez, de 64 años, que se convirtió en el primer trabajador latino de la procesadora que murió por el brote de coronavirus en esa planta.

Nancy Reynosa, amiga de Rodríguez, dijo que la comunidad está devastada por el deceso del inmigrante que había retornado de El Salvador un par de años atrás, y quien murió el martes 14 de abril.

"Lo único que quería era trabajar y vivir con su esposa aquí, estaba pensando en compra una casa", dijo Reynosa. "Él vivió como 20 años aquí, y se fue para su país y allá vivió como cuatro años, luego regresó, era un hombre ejemplar", agregó.

El regreso del inmigrante también significó su retorno a la empresa donde había trabajado por casi 16 años. En total, Rodríguez trabajó casi 18 años para esa planta procesadora de unos 3.700 empleados y es el motor de la ciudad y además es responsable del 5% del cerdo que se consume en todo el país.

Según contó Reynosa, que dirige la organización '¿Qué Pasa? Sioux Falls', el inmigrante comenzó a sentir los primeros síntomas el 30 de marzo pero aún así fue a trabajar. Para el miércoles primero de abril el salvadoreño ya tenía fiebre y el sábado su esposa Angelita Rodríguez lo llevó al hospital, donde fue intubado inmediatamente.

El 9 de abril, la mujer de 73 años recibió la notificación de que su esposo había sido contagiado con el coronavirus y que ella y su hermana Ana, con quien comparte la vivienda, debían aislarse.

"No pudimos despedirnos de él, tampoco podemos consolar a Angelita, ni Ana, la iglesia hará una ceremonia por internet y después lo cremarán para que Angelita lleve sus cenizas a El Salvador", explicó Reynosa.

En una entrevista con el periódico local Argus Leader, la esposa del salvadoreño dijo que "había perdido su esposo por ese horrible lugar", en alusión a la planta procesadora.

Reynosa comparte la indignación de la septuagenaria y criticó a la planta y a los funcionarios estatales por no estar preparados para afrontar el virus. "Tengo otros dos de mis amigos muy graves en el hospital, y decenas de otros conocidos son positivo", dice Reynosa, que alguna vez trabajó en la planta.

La mujer reconoce la importancia para la economía de la ciudad de de la Smithfield Foods, en la que la mayoría de los trabajadores de la planta son inmigrantes y se estima que más de 26 idiomas se hablan en sus instalaciones, pero insiste que la compañía debió prepararse. Ante el brote, la procesadora se vio obligada a cerrar.

En un comunicado, el consejero delegado de Smithfield, Kenneth Sullivan, aseguró el lunes que el cierre de la planta y la clausura de otras instalaciones cárnicas está colocando al "peligrosamente cerca del límite en términos de suministro de carne", lo que podría desembocar en estanterías vacías en los supermercados.

"Es imposible mantener nuestras tiendas abastecidas si nuestras plantas no están funcionado", avisó Sullivan.

La segunda víctima es Craig Franken, había trabajado 40 años en la planta y pronto iba a jubilarse.

La empresa ha anunciado que esperan más muertes en la plantilla.

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