Angela Primachenko no recuerda el día en que dio a luz a su hija Ava. Lo hizo en coma inducido mientras luchaba contra el coronavirus, porque los médicos consideraron que era lo mejor para proteger su vida y la de su bebé. Lo que nunca olvidará será el momento en que, una vez recuperada de la COVID-19, pudo sostenerla por primera vez.

Esta joven de 27 años, procedente de Vancouver, dio positivo en coronavirus el pasado 24 de marzo, cuando se encontraba en la semana 33 de embarazo. Había comenzado a tener fiebre y otros síntomas y terminó ingresada en el hospital, conectada a un ventilador artificial y en coma inducido, explica el diario Today.

Al valorar su situación, los médicos del Legacy Salmon Creek Medical Center concluyeron que la mejor opción para proteger la vida de esta terapeuta respiratorio y su bebé era inducirle el parto. "Me siento como un milagro andante", confesó Angela al periódico americano.

A esta joven le fue retirada la respiración asistida el pasado 6 de abril y, al bajar la vista, comprendió que había dado a luz. Sin embargo, fue necesario que diera negativo en dos tests consecutivos de coronavirus para que le permitieran ver a su pequeña Ava, que se encontraba en la unidad de cuidados intensivos de neonatos del hospital.

Angela recibió el alta hospitalaria el sábado 11 de abril y, por fin, el 16 pudo abrazar a su hija. "Estoy llorando ahora mismo. ¡Estoy libre de coronavirus y estoy sosteniendo a mi pequeña por primera vez!", escribió la joven en Instagram.

Ava evoluciona favorablemente y gana peso cada día, "como una campeona", informó Angela en redes sociales. Tanto el marido de Angela como su otra hija, de once meses, también han podido conocer a la recién nacida al haber dado negativo en las pruebas de coronavirus.