Conseguir que una tortilla de patatas esté rica no es difícil; pero lograr que sea un bocado sublime, sí. Este emblema de nuestra gastronomía -que alcanza la perfección si viene de la mano de nuestras abuelas- echa mano de ingredientes humildes para construir un universo de sensaciones que estalla cuando, al partirlo, el interior escurre delicado advirtiendo que está en su punto (¡y lista para comer!). Y es que, aunque siempre existirá el debate sobre si debe estar más o menos cuajada o el de hacerla con o sin cebolla, la realidad es que esta receta siempre debe caracterizarse por ser dorada por fuera, esponjosa por dentro y, por supuesto, por saber a patatas y huevo.

Claro está que la teoría todos nos la sabemos, pero, cuando hay que poner en práctica las pautas que la voz de la experiencia nos haya dado ("mamá, papá, la tortilla, ¿cómo se hace en casa?") la cosa suele complicarse. Freír las patatas, bien; batir los huevos, estupendo; mezclar ambos procesos y dejarlos reposar, conseguido; dejarla cuajar y darle la vuelta... Tranquilo, no eres el único al que le aterra tirarlo todo por encima del fuego por no haberla dejado coger consistencia o al que se le quema por pasarse de precavido.

Si sabes de lo que hablamos, te interesará saber que hemos descubierto el truco definitivo para que esto deje de pasar y puedas promocionar de desastre a experto en tortillas de patata. Eso sí, para fardar, debes estar dispuesto a hacer trampas y a hacer una pequeña inversión que compensarán los muchos años de felicidad culinaria que te esperan.

La tortilla perfecta tiene truco

Aunque los sabedores de las mejores recetas son quienes tienen los trucos definitivos, los que queremos lograr un resultado de aplauso (y aún nos faltan unos tres años de tortillas para lograrlo) siempre podemos darnos a las trampas. Y nosotros hemos encontrado una que os va a encantar, porque, además de asegurarte un resultado esponjoso y de grandes dimensiones, está durante las próximas horas rebajado un 34% en Amazon: en vez de pagar los 62 euros de su precio original, puedes llevártela a casa por 41.

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Como salta a simple vista, el truco de este gadget culinario para lograr tortillas de patatas perfectas es su morfología: está compuesto por dos sartenes de aluminio que se cierran durante el cocinado para poder darle la vuelta en el momento exacto... y sin desparramar todo el contenido. Perfecto para miedosos, este utensilio no requiere mucho aceite y asegura un resultado uniforme, dorado y, por supuesto, de vítores. ¿Lo mejor? Esta sartén es apta para el lavavajillas, así que, después de darse un buen atracón de tortilla, no hay que preocuparse de fregar. Así que, solo podemos deciros: ¡bon appétit (y guardadnos un cachito)!

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