El estado de alarma por el coronavirus ha obligado a varios programas de televisión ha cambiar sus dinámicas. El siguiente en unirse al cambio de rol ha sido Mujeres y hombres y viceversa, donde pretendientes y tronistas convivirán en la misma casa sin poder salir para cumplir las normas impuestas por el Gobierno.

Toñi Moreno anunció el pasado viernes que, a partir de este lunes, los tronistas y tres pretendientes o pretendientas elegidos por cada uno de ellos quedarían confinados en la misma casa. Para poder acceder al interior de la vivienda el programa les haría la prueba para detectar positivos en COVID-19 y, posteriormente, ya no podrían salir de la finca.

La presentadora y el resto de colaboradores dirigirán la emisión del programa desde plató, donde la andaluza presentara el reality pero sin público en la grada. Estela Grande, Kiko Jiménez y Nagore Robles acompañarán a Toñi Moreno desde las instalaciones de Mediaset.  

Las primeras horas de convivencia han traído algunos enfrentamientos, y uno de ellos ha sido por la repartición de las camas. Las pretendientes de Álvaro y Rubén, exparticipante de La isla de las tentaciones, tienen que compartir habitación, donde cada una dispone de su propia cama (en total seis), pero esto parece haberse convertido en motivo de disputa. 

Sin embargo, el gran conflicto ha llegado tras unas polémicas palabras de Álvaro, pretendiente de Nerea Gaviria, que planteó la posibilidad de que sugieran romances entre pretendientes y pretendientas, algo que ha enfadado mucho a su tronista.

El experimento ideado por Cuatro recuerda a la fórmula de uno de los programas estrella de Mediaset, Gran Hermano, donde un grupo de desconocidos deben convivir durante unos tres meses en el mismo hogar.