Según Asupa, las empresas realizaron un "esfuerzo límite" tanto en el aspecto económico y lo social. Así, lamentan que los trabajadores mantengan unas medidas de presión que son "desproporcionadas" y que pueden acarrear "consecuencias indeseadas para todas las partes". La patronal afirma que la situación ya está repercutiendo negativamente en la actividad comercial.
Las mejoras que Asupa asegura haber puesto encima de la mesa supondrían que los empleados de los supermercados cobrarían, con efecto retroactivo en 2019, un salario bruto mínimo de 1.117,5 euros mensuales, por lo que recibirían en una sola vez una paga regulatoria de 237 euros.
Afirman que las mensualidades serian de 1.140 y 1.166 en los dos próximos años, de acuerdo con los incrementos ofrecidos, y aceptados por la representación de los trabajadores de 1,8%; 2% y 2,3% para 2019, 20 y 21 respectivamente.
"Si a estos porcentajes se le suma el ya aplicado en 2018 del 6,47%, el crecimiento salarial durante el periodo de vigencia del convenio en negociación se elevaría al 12,68%", añaden desde Asupa
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